Una de las charlas que acogió la cumbre del clima que se celebra estos días en Madrid tuvo lugar este jueves y se centró en "El papel de los rumiantes para la mitigación del cambio climático: lo bueno y lo malo". Una charla que tuvo lugar en el pabellón español de la COP25 con el objetivo de centrar el debate de la desmitificación del consumo de carne.
Una charla sobre cuánto y cómo contamina la producción agroalimentaria y el consumo de carne, era pertinente en el marco del COP25 en tanto en cuanto el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC) ha recomendado en uno de sus últimos informes una modificación en el modelo productivo del sector agroganadero y de alimentación como una de las vías para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
El panel del jueves en IFEMA dejó a las claras las molestias de los expertos en el sector agroalimentario y ganadero afectado por esa recomendación del IPCC. "Simplificar el papel de la agricultura puede tener consecuencias que no son fáciles de inferir y que no solucionan el cambio climático", explicaba María José Sanz, directora del Cnetro Vasco para el Cambio Climático, María josé Sanz durante esta charla.
"No demonizar la carne"
Sanz, expresó la necesidad de "no demonizar" el consumo de carne y no simplificar mensajes "que tiene una complejidad técnica, científica y social"ya que, según dijo, los rumiantes cumplen un papel en la lucha contra el cambio climático, pero que su contribución "no es blanco o negro, sino una escala de grises".
Esta experta también ha recordado que son muchas las familias que dependen de las explotaciones ganaderas en el ámbito rural y ha destacado que "simplificar el papel de la agricultura puede tener consecuencias que no son fáciles de inferir y que no solucionan el cambio climático". Así pues, señaló que "Se puede hacer mucho mejor, pero es fundamental basarse en la ciencia de forma razonada y entendiendo las claves", ha indicado.
El caso de España y las "emisiones" de la carne
Esta investigadora se refirió al consumo de la carne en España, para explicar que la dieta española era antes "mucho más equilibrada que la que tenemos ahora", por lo que anima a analizar las cifras del consumo de productos procedentes de rumiantes porque "no es tan alta como la gente se piensa; en nuestro país se consume más cerdo y aves".
Del mismo modo, Sanz ha asegurado que "no se pueden comparar" las emisiones de la agricultura en su ciclo de vida completo con el sector del transporte, porque "en el sector de la agricultura contabilizamos además el traslado de animales y, por tanto, se cuenta doble".
En este sentido, Sanz recordó que la prioridad para hacer frente al cambio climático es "reducir las emisiones del uso de combustibles fósiles" para, más tarde, "poder rebajarlos en ámbitos tan críticos como la agricultura o la ganadería", según Sanz.
El "absurdo" menosprecio a la carne
En esta línea, el consumo de los combustibles fósiles es "el verdadero problema" para el investigador de la Universidad de Helsinki, Pablo Manzano, quien ha señalado que es "absurdo" el menosprecio a la carne porque "llevamos comiendo carne toda la vida y teniendo pastores desde hace miles de años y el clima nunca se ha visto afectado por eso".
"Te puedes coger los aviones que quieras para viajar a Bali o a México, pero todo está bien si dejas de comer filetes", ha matizado Manzano, quien señala que no se puede acusar a la ganadería extensiva del cambio climático porque los niveles de emisión de gases efecto invernadero son comparables a los que harían los grandes herbívoros antes de introducir más ganado.
Insisten en reducir el consumo de carne
Frente a estas declaraciones, de nuevo el llamado consenso científico, ese en el que se apoyan las autoridades climáticas para hacer sus recomendaciones continúa insistiendo en pedir medidas para reducir el consumo de carne.
Así lo han expresado más de 200 científicos de todo el mundo, quienes han suplicado a los dirigentes de los países más industrializados que incluyan en sus políticas climáticas la reducción del consumo y producción de carne y lácteos.
En contra de lo que afirmaban Pablo Manzano o María José Sanz, estos científicos siguen insistiendo en que la agricultura y la ganadería son responsables de tantas emisiones a la atmósfera como todo el sector del transporte.
Pero ¿Quiénes están detrás de estos datos? Los científicos, liderados por expertos del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) y apoyados por la organización conservacionista Greenpeace.
No se han incluido en el plan de acción por el clima
No obstante, finalmente parece que la estrategia climática, de momento, no ha dado entrada a ese reclamo de Greenpeace y el IPCC para intervenir en los países desarrollados el consumo de carne. Así lo lamentaba la portavoz de Greenpeace sobre agricultura y alimentación, Reyes Tirado, quien señalaba que la reducción del consumo de carne y lácteos "no se ha incluído en ningún plan de acción por el clima".
Greenpeace felicitó al Ministerio español para la Transición Ecológica por haber decidido preparar un "menú sin carne" en la inauguración de la COP25, pero ha instado al Gobierno a promover la adopción de una dieta basada en vegetales y con una cantidad mínima de carne en todos los comedores colectivos públicos.