A sólo unos pocos kilómetros del casco urbano de Cáceres podría abrirse una instalación minera e industrial única en Europa: una mina de litio y una planta de tratamiento con las que España entraría de lleno en la industria de la fabricación de baterías para coches eléctricos.
El proyecto se llama San José Valdeflórez y para conocerlo mejor nos reunimos con Vicent Ledoux Pedailles, el director de Estrategia Corporativa de Infinity Lithium, la empresa australiana que lidera esta propuesta en la que también participa la española Sacyr..
"Europa no está produciendo litio"
Aunque San José Valdeflórez podría ser una inyección económica importante para Cáceres, según Ledoux su importancia es mucho mayor: "Europa va a ser el segundo fabricante de coches eléctricos del mundo y en este momento no se produce litio -que es esencial para las baterías- en ningún lugar del continente".
Además, nuestro interlocutor recalca que San José Valdeflórez no es sólo una mina, sino que "es también un proyecto industrial" ya que el litio se transformará en una fábrica junto a la mina. Con esto, la empresa ha prolongado significativamente el plazo por el que operará en Cáceres: "Vamos a estar produciendo litio durante 30 años y calculamos que se generarán unos ingresos de unos 5.500 millones de euros".
Un proyecto "tan verde como sea posible"
Aunque toda actividad minera e industrial tiene un impacto, desde Infinity Lithium aseguran que este será mínimo: "Hemos transformado significativamente el proceso para hacerlo tan verde como sea posible", nos dicen.
Hay varios aspectos importantes en este sentido, desde el hecho de que la planta de transformación está muy cerca de la mina –"lo que reduce la huella de carbono de todo el proceso"-, al sistema de producción: "Históricamente la gran mayoría del litio se ha producido con lo que se llama extracción en salmuera, que requieren balsas de evaporación, nosotros vamos a usar lo que denomina producción hard rock: minas abiertas en las que se extrae el mineral y se transforma en hidróxido de litio usando productos químicos, que será el método más común en el futuro porque es más limpio y seguro".
Pero además modificarán el proceso habitual para que sea menos lesivo: "En lugar de usar ácido sulfúrico usaremos un fertilizante". Estas y otras modificaciones de los procesos habituales han permitido que San José Valdeflórez haya sido señalado por la UE como un proyecto innovador, lo que les permitirá lograr una financiación más segura y barata de instituciones como el Banco Europeo de Inversiones.
Diez millones de baterías de coches eléctricos
Se prevé la producción de 15.000 toneladas de hidróxido de litio, lo que valdría para fabricar "diez millones de baterías de coches eléctricos, no híbridos sino completamente eléctricos", recalca Ledoux, que destaca la fuerza técnica y económica del proyecto.
"No es sólo un nuevo proyecto, se trata de una nueva industria, en España y en Europa, capaz de atraer otras empresas a Extremadura y, por supuesto, de general empleo y crecimiento", explica el directivo que cree que con su proyecto compañías de toda la cadena de producción del vehículo eléctrico podrían sentirse atraídas por la región como un lugar en el que establecerse.
En Infinity Lithium se muestran convencidos de que los fabricantes europeos de vehículos eléctricos apostarán por empresas en el continente para proveerse de baterías y de Litio, tanto "para reducir los riesgos comerciales" como por disminuir "la huella de carbono que supone importar el litio desde otros continentes". Además, tal y como Ledoux nos explica: "Si no hay producción de baterías en país es muy difícil llevar la producción del coche eléctrico allí: de hecho eso dijo sobre España un alto ejecutivo de Volkswagen".
¿Por qué en Cáceres?
Obviamente una de las preguntas que surgen es por qué San José Valdeflórez ha desarrollarse a sólo unos kilómetros de Cáceres y esa cercanía con la ciudad ha sido también el motivo de que hayan surgido protestas y cierta polémica política.
La razón principal es la más obvia: "El litio está allí", pero además hay otras: "Realmente cuenta con toda la infraestructura necesaria" tal y como nos muestran sobre un mapa: la instalación está muy cerca de la carretera que lleva de la ciudad a Madrid y de un gasoducto que puede suministrar la energía necesaria. De hecho, no sólo es que el litio esté allí, sino que está prácticamente a ras de suelo, lo que facilita considerablemente la explotación.
En cualquier caso, se los responsables de Infinity Lithium se preocupan por dejar muy claro que, a pesar de la proximidad al casco urbano, eso no va a suponer un perjuicio para los habitantes de la ciudad. Empezando por lo más obvio: ni la mina ni la instalación industrial será vivibles desde Cáceres; y siguiendo por aspectos que se han puesto en duda por grupos ecologistas locales: "No tendrá ningún impacto sobre el acuífero porque ni tan siquiera se asienta sobre él", además de que no se utilizarán, como ya se ha explicado, reactivos agresivos con el medio ambiente.
Por último, se han estudiado detalles como las corrientes de viento -según nos dicen usando datos de la NASA y de Aemet- que podrían llevar ruidos, olores y polvo hacia la ciudad y, aunque en la inmensa mayoría de los días soplan en dirección contraria, hay previstas medidas: se operará sólo por el día para que los hipotéticos ruidos sean menos molestos; se creará una barrera acústica en forma de un muro vegetal junto a la mina; y en los días en los que el viento juegue a la contra se mojará la superficie de la explotación con camiones cisterna para que no se genere tanto polvo. Un polvo que "es inerte", recalcan.
¿Y los residuos?
Otro aspecto que ha supuesto polémicas y ataque a San José Valdeflórez es el de los residuos que se generarán. Frente a ellos la empresa blande dos hechos: el primero que se trata de residuos inertes, simple roca pulverizada; cuyo impacto es nulo y cuyo tratamiento está previsto desde el principio del proyecto: se usará para regenerar paisajísticamente la zona depositándola en los alrededores y plantando árboles y vegetación sobre ella.
Además, Vicent Ledoux presume de que el ratio de residuos será excepcionalmente bajo: "Si la media en la industria es que por cada tonelada de litio extraído se generan ocho de residuos, nosotros sólo generaremos 0,4".
Este proceso -para el que se han previsto ya 16 millones de euros de inversión- se irá desarrollando durante el periodo de explotación de las instalaciones, es decir, no habrá que esperar al final de la mina y de la planta procesadora para ver como sus alrededores se cubren de árboles: "El 99% de nuestros residuos son rocas de distintos tamaños, es muy sencillo apilarlas, cubrirlas con suelo fértil y plantar".
30 años de industria
De hecho, los plazos son bastante llamativos: la mina se explotará durante 19 años, mientras la planta de tratamiento prolongará su funcionamiento hasta 30. La regeneración paisajística comenzará prácticamente al mismo tiempo que el trabajo en la mina y su colofón será la conversión del gran agujero de la mina -que tendrá 668 metros de largo por 454 de ancho y, en su punto máximo, 120 de profundidad- en un equipamiento cultural o turístico y deportivo: "Esa decisión la queremos tomar con la gente de Cáceres, mantendremos un diálogo con todos los actores y los agentes sociales en la ciudad", nos dicen.
Para aquellos que puedan mostrarse más escépticos, Vicent Ledoux apunta algo que es difícilmente discutible: "Si no tienes planes de rehabilitación del entorno no tienes proyecto", dice "así lo marcan las leyes europeas y las regionales". Además, recalca que los fabricantes de automóviles eléctricos, que hacen del respeto por el medio ambiente uno de sus reclamos, "no sólo quieren una fuente segura de litio, también quieren ese litio provenga de una fuente que sea respetuosa con el medio ambiente y con las comunidades cercanas, si no nos portamos así no tenemos clientes".
Cientos de empleos cualificados
La empresa se muestra convencida de que su proyecto va a ser una fuente de empleos directos e indirectos. De los primeros, "durante la fase de construcción llegarán a trabajar un máximo de 310 personas", aseguran, "con una inversión de 96 millones de euros en salarios".
Una vez esté San José Valdeflórez esté operativo tendrá casi 200 trabajadores, de los cuales sólo un 20% está en la mina, cerca del 60% trabajarán en la planta de procesado y casi un 20% serán directivos o parte de los servicios de administración. "El salario medio serán unos 48.000 euros al año, porque muchos de esos trabajos son muy cualificados", asegura Ledoux, que dice que la empresa tiene previsto una inversión de más de 230 millones de euros en sueldos durante los años de vida del proyecto. Y no sólo eso: aseguran que ya están trabajando con las autoridades para crear los planes formativos para que ese personal pueda ser de la zona.
A esto habría que sumar, siempre según los datos de la compañía, entre 500 y 750 empleos indirectos en la zona, "aunque el objetivo del proyecto es atraer a otras industrias", nos dicen, por lo que estas cifras podrían ser muy superiores: "Nosotros queremos ofrecer nuestros contactos y nuestro conocimiento a las autoridades para atraer a esas compañías".
¿Por qué se ha generado polémica?
La pregunta obvia ante lo que parece un proyecto valioso y respetuoso con el entorno es por qué se ha generado polémica y cierto rechazo en la algunos ambientes. Ledoux reconoce un error cometido por la empresa: "Al principio nosotros no ofrecimos información suficiente sobre lo que es de verdad el proyecto, así que lo que mucha gente e incluso muchos políticos sabían les llegaba sólo de ciertos grupos ecologistas", asegura el directivo, "sus opiniones se basaban en ideas equivocadas e incluso mentiras".
Ledoux dice que la gente tenía preocupaciones lógicas, pero basadas en errores: "Les preocupaba que fuera perjudicial para la salud, pero no va a serlo de ningún modo; el impacto visual, y no lo hay desde la ciudad; o temas como el polvo que sabemos manejar", asegura.
"Ahora -dice- estamos tratando de explicar la verdad sobre el proyecto y sus beneficios, que no son sólo las inversiones o los salarios altos, sino sobre todo hacer de Cáceres una ciudad que sea conocida no sólo por el turismo, sino por ser parte de la 'revolución verde'".
"Hemos mostrado la realidad del proyecto a un montón de grupos, desde partidos políticos hasta asociaciones de todo tipo, incluso hemos invitado a asociaciones ecologistas, pero ellos no han querido mantener reuniones", nos cuentan.
En este momento sólo faltan algunos permisos administrativos para que los trabajos puedan comenzar, Ledoux se muestra convencido de que podrán lograrlo en un plazo razonable y que San José Valdeflórez se pondrá en marcha en 2020.