Los edificios destinados a ser oficinas y comercios concentran el 65% del consumo de energía. A su vez, los mayores consumos en estos edificios los provocan la climatización (40-60%) y la iluminación (20-45%), de forma similar a lo que ocurre en el sector residencial. Por esto, uno de los principales retos para optimizar la eficiencia energética es reducir el consumo en estas edificaciones.
Estos datos explican el creciente interés de las empresas por reducir su factura energética. El reciente estudio Ciudades energéticamente sostenibles: la transición energética urbana a 2030 elaborado por Deloitte. Surgiere una serie de medidas prioritarias a implementar teniendo en cuenta los principales usos de la energía.
Según este estudio, los principales cambios en los que tiene que invertir el sector servicios son la sustitución de equipos de climatización por la bombas de calor y el cambio de equipos de iluminación a sistemas LED, que a grandes y pequeñas superficies les supondría un ahorro unitario del 70-80% del consumo.
Además, el autoconsumo en el sector servicios se enfrenta a menos barreras ya que las cubiertas de muchas instalaciones (edificios comerciales, oficinas, parkings, polideportivos, etc.) suelen ser lo suficientemente grandes y accesibles como para que se consiga un ahorro sustancial de energía. Un gran edificio de servicios, por ejemplo, podría producir hasta el 15-25% de su consumo eléctrico mediante instalaciones de autoconsumo.
Las ventajas comparativas de la eficiencia energética en el sector terciario
Para los profesionales de este reciente estudio, las actuaciones de sostenibilidad energética en el sector servicio presenta menores barreras que el sector residencial. Como por ejemplo que los edificios al estar gestionados por una única empresa o propietario, las decisiones de inversión no requieren poner de acuerdo a un número elevado de interesados,y esto facilita y agiliza el proceso de implementación de las actuaciones y medidas necesarias.
Otra de las ventajas , según los expertos, es que las actuaciones de las grandes superficies requiere de una alta inversión pero las decisiones se toman atendiendo a criterios de racionalidad económica, lo que facilita la toma de decisiones. Aunque estas inversiones son rentables en el corto o medio plazo.
La estética es otra razón que lo diferencia del sector residencial, por lo que la renovación de los equipos y de los edificios se produce de forma más frecuente. Esto supone una oportunidad para introducir criterios de sostenibilidad energética en estas renovaciones.
La labor del sector público
Según los profesionales consultados en este estudio, los principales protagonistas en el sector público, encargados de mejorar la eficiencia energética de oficinas y negocios serían los Ayuntamientos y Administraciones municipales .Para estos entes públicos la recomendación pasa por pedir que los nuevos edificios tengan certificados energéticos en 2030. También que entre los nuevos planes de actuación a nivel municipal aseguren la reducción de consumos, de emisiones y la calidad del aire para cumplir los objetivos.
Además restringir la comercialización de equipos no eficientes, pero antes establecer un calendario para dar a conocer estas nuevas restricciones, y que los ciudadanos conozcan las medidas. Y por último, fomentar que se adapten las actuales tarifas eléctricas para que sean una señal de precio eficiente que no penalice la adopción de equipos eléctricos frente a otros menos sostenibles.