Aumentar la presión fiscal aplicada a las rentas del capital se ha convertido en una de las propuestas estrella de la izquierda política española. Las negociaciones para formar gobierno entre PSOE y Podemos han vuelto a poner esta cuestión encima de la mesa, puesto que ambas agrupaciones defienden este tipo de subida tributaria.
Sin embargo, la cruda realidad que enfrentan los contribuyentes españoles muestra que nuestro país ya se sitúa en la banda alta de los socios de la UE-28 que más impuestos aplican a las rentas del capital. Para ser precisos, la Vieja Piel de Toro figura en el número 9 de la tabla y se sitúa por encima del promedio comunitario.
El país que más ingresos obtiene por esta vía es Luxemburgo, que percibe el 31,7% de su recaudación fiscal de los impuestos sobre el ahorro. Los datos son similares en Reino Unido y Malta, que derivan de estos tributos el 29,8% y el 28,6% de sus ingresos tributarios. Algo más bajo es el porcentaje de Chipre y Bélgica (25%), Italia (24,1%) o Irlanda (24%).
A continuación, España aparece casi empatada con Francia. En el país galo, el 23,9% de los ingresos fiscales se deriva de los distintos impuestos aplicados a las rentas del capital. En España, los impuestos al ahorro suponen el 23,7% de la recaudación fiscal. La media comunitaria está en el 21,9%, de acuerdo con los datos de la Comisión Europea.
Los niveles registrados en España se sitúan claramente por encima de los que se dan en otras demarcaciones. Así, nuestro 23,7% supera holgadamente el 21% de Portugal, el 19,3% de Países Bajos, el 18,7% de Dinamarca, el 17,3% de Finlandia, el 17,2% de Alemania, el 17,1% de Austria o el 14,2% de Suecia. Las cotas más bajas se dan en Estonia, donde los impuestos sobre las rentas del capital solo suponen el 7,2% de lo recaudado.
Si se miden los ingresos totales obtenidos por esta vía en vez del peso de los impuestos al ahorro sobre el total de la recaudación, encontramos que España obtiene por esta vía unas rentas equivalentes al 8% del PIB. Por encima de nuestro país aparecen Bélgica (11,3%), Francia (11,1%), Reino Unido (10,2%), Italia (10,2%), Dinamarca (8,6%) o Grecia (8,4%). Sin embargo, se registran cotas inferiores en Finlandia (7,5%), Países Bajos (7,5%), Portugal (7,2%), Austria (7,2%), Alemania (6,7%) o Irlanda (5,5%).