El delirio separatista entre la clase empresarial catalana no tiene límites. Algunos fanáticos llegan hasta el punto de jugarse sus negocios por la causa independentista si es necesario. Es el caso de Andreu Bartolomé, el dueño del restaurante Siurana (Tarragona), que hace 7 años decidió dejar de pagar impuestos a Hacienda en lo que él considera "un acto reivindicativo", explica Bartolomé a Libre Mercado.
"Decidí dejar de pagar el IVA y el Impuesto de Sociedades al Estado español y pagárselo a la Generalitat para aplicar la voluntad del pueblo, que ya desde 2006, con el Estatut, votó para que se creara una Agencia Tributaría Catalana que operara independiente de la española. Y las Administraciones todavía no lo han hecho. Es para presionar", asegura en unas sorprendentes declaraciones.
Pero como la única Agencia Tributaria válida en nuestro país para ingresar estos pagos es la española, la AEAT ha decidido darle un escarmiento a este hostelero insumiso: le ha intervenido las cuentas bancarias y le ha dado de baja el NIF. Ahora, vienen los lamentos de Bartolomé. "Nos han dejado sin cuentas bancarias y nos han revocado el NIF, lo que nos va a obligar a cerrar en unos días. Es injusto, es una barbaridad", se queja.
"Es como si no existiéramos"
El dueño del establecimiento, que a día de hoy sólo puede cobrar a sus clientes en efectivo, relata que "no podemos seguir operando así, me lo han dicho hasta mis asesores. Nos han dejado como si no existiéramos", declara el que lleva 7 años haciendo como si no existiera la Hacienda del país en el que trabaja.
Dar de baja el NIF de una compañía es la sanción más dura que puede llevar a cabo Hacienda. A una empresa que no paga los impuestos que le corresponden se le embargan las cuentas o se le sanciona, pero no se le revoca el NIF. Ese castigo, que es como si a un particular le dieran de baja su DNI, suele darse cuando no se presenta ningún tipo de declaración.
"Nadie me dijo que estaba haciendo mal. Podemos discutir si hemos actuado con anormalidad, pero no somos terroristas", señala con descaro Bartolomé, que llega a asegurar que "no tiene deudas pendientes" con el fisco. Esta declaración contradice la versión de que él y su mujer empezaron a pagar sus impuestos a la Agencia Tributaria Catalana, pero al percatarse de que este organismo transfiere estos ingresos a la Hacienda española, decidieron dejar de pagar impuestos y destinar ese dinero "a causas benéficas".
La Agencia Tributaria Catalana sólo tiene la potestad de gestionar los tributos propios de Cataluña y los que tiene cedidos, como el de Sucesiones o Patrimonio, pero en ningún caso puede cobrar tributos estatales como IVA o Sociedades. Bartolomé asegura que todavía no le ha llegado ninguna sanción económica de Hacienda por esta insumisión, pero es más que probable que la multa también esté en camino.
El dueño del restaurante presume de que sus clientes apoyan su lucha separatista. "A este negocio viene gente de toda España y desde hace mucho tiempo tenemos el cartel explicando lo que hacemos y nunca hemos recibido rechazo o cancelaciones de reservas. Hasta unos aragoneses nos dijeron que ya era hora", asegura en un chocante testimonio.