Libertad Digital ha tenido acceso a dos informes sobre la gestión de Cobralia, adjudicataria de la recuperación de deuda de Avalmadrid con diferentes empresas madrileñas (recordemos que esta empresa –cuyo 25% es de la Comunidad de Madrid– se concibió para avalar créditos a compañías de la región que no pudieran lograr financiación de otro modo). Unos documentos que dejarían al descubierto una muy jugosa operación de Cobralia y su presidente Fernando Cañellas al hacerse con una cartera de deuda cuya rentabilidad ya ha multiplicado varias veces.
Según esta información, el ex director general de Avalmadrid, José Luis Fernández-Rubíes, contrató a dos letrados para encargarse de la recuperación de deuda. Por un lado a Higinio García Pi, y por otro a Fernando Cañellas, socio de Cobralia –quien se adjudicó como empresa los trámites de recuperación amistosa–.
Hasta aquí, en principio, podría no haber nada que objetar, salvo que el informe de PwC (Price Waterhouse Cooper), del que también da cuenta El País, señala que el contrato suscrito con ambos letrados no estaba condicionado al éxito de sus gestiones en la recuperación de deuda, como es habitual en este tipo de servicios. Básicamente, Cañellas y García Pi, cobrarían sus honorarios independientemente de que lograran recuperar deuda de la cartera adjudicada.
Los informes a los que LD ha tenido acceso apuntan en la misma dirección. Curiosamente, la cartera de deuda encargada a Cañellas logró recuperar una cantidad irrelevante bajo su gestión. Un cambio en la dirección de recuperación de deuda de Avalmadrid hace que la situación varíe. Cansados de mantener unos contratos muy altos con unos letrados que no lograban recuperar deuda, Avalmadrid decide cambiar el contrato con Cañellas, para lo que tenía que abonar la cantidad pactada por contrato.
El movimiento de Avalmadrid cobra sentido en tanto en cuanto Cañellas tenía un contrato como letrado en el que su remuneración no dependía del resultado de su trabajo. Lo que hace en 2012 Avalmadrid es pasarle todo el negocio a Cobralia (que sigue presidiendo Cañellas y que ya gestionaba todo el crédito amistoso ) y vincular su remuneración al éxito en la recuperación de deuda.
Cañellas, entonces, mueve ficha. Sigue encargándose de la deuda de Avalmadrid, pero ya desde su empresa, Cobralia. Además ofrece una rebaja de sus honorarios a Avalmadrid y le compra toda la cartera de deuda que estaba gestionando hasta ese momento y que supuestamente era incobrable.
Es en ese momento cuando Avalmadrid ve el cielo abierto y decide aceptar la oferta, por lo que paga a Cañellas lo acordado, 270.000 euros, y le vende la cartera de deuda por 100.000 euros, por lo que Cañellas obtiene 170.000 euros, adquiere en propiedad una cartera de deuda supuestamente incobrable, y mantiene el contrato con Avalmadrid, pero ya desde Cobralia.
Según fuentes consultadas por Libre Mercado, la cartera con la que se queda Cobralia por 100.000 euros era una cartera de deuda exigible por valor de 8 millones de euros y que en aquel momento (2012) se hubiera pagado aproximadamente entre el 3 y el 4% (alrededor de los 300.000 euros).
En resumen, Cañellas cobra 270.000 euros y compra por 100.000 una cartera valorada en 300.000 y que conocía muy bien, ya que había estado bajo su gestión sin lograr ningún resultado. Pues bien, desde que integra la mencionada cartera en Cobralia, Cañellas decide ponerse a trabajar y comienza a recuperar crédito moroso. A finales de 2018, Cobralia había multiplicado las ganancias por 6 con la mencionada cartera. Cifra que todavía podría crecer. Un movimiento que recuerda a los famosos "pelotazos" de los primeros años de la década de los 90 en España y que ha sorprendido incluso a los expertos consultados por LD que conocen de cerca el caso.
Los hábitos del dueño de Cobralia como director letrado de la recuperación de distintos créditos queda al descubierto en otro de los informes a los que ha tenido acceso Libertad Digital. Un informe encargado por Avalmadrid para determinar la responsabilidad de Cobralia en el intento fallido de recuperar la deuda contraída por la empresa del padre de Isabel Díaz Ayuso, caso que saltó a los medios de comunicación el pasado verano, coincidiendo con la toma de posesión de Díaz Ayuso como presidenta de la Comunidad de Madrid. Un caso del que Libre Mercado ya publicó en exclusiva las conclusiones del informe letrado encargado también por Avalmadrid y que determinaba la imposibilidad legal de ir penalmente contra la actual presidenta regional.
Este informe destaca su extrañeza por la forma en que la dirección letrada encargada por Avalmadrid (Cobralia) dejó pasar los plazos y no puso en marcha las acciones necesarios para agotar cualquier posibilidad de lograr la confiscación de la deuda mientras trabajó para Avalmadrid. Una argumentación que coincide con las dudas que levanta el informe de PwC sobre el celo profesional de Cañellas mientras prestó servicio para Avalmadrid.
Otra prueba de la gestión de Cañellas y Cobralia con Avalmadrid la encontramos en esta sentencia de julio de 2016 recogida por el Poder Judicial y en el que se falla contra Avalmadrid, representado por Cañellas, y donde se le deniega la devolución de un crédito de cerca de 90.000 euros y se le condena a pagar las costas.
Cobralia ha sido comprada por el fondo de Ángel Corcóstegui, Magnum Capital, como adelantó Libre Mercado. En el momento de la operación Cobralia gestionaba más de 5.200 millones de euros en deuda y tenía una facturación de 12,5 millones de euros. Sus principales clientes son BBVA y La Caixa, de los que, según fuentes del sector, obtiene prácticamente el 70% de la facturación.