El ex insomne Pedro Sánchez va poner la economía nacional en manos de una yunta de fanáticos bolivarianos que no ha trabajado en su vida. Por dormir a pierna suelta en su célebre colchón monclovita, el socialista ex antipopulista va a echarse en brazos de quien ha llegado a decir que lo que hacen los "gobernantes decentes" es "expropiar" y que expropiar es "lo más democrático" que cabe concebir.
Trabajo es la cartera que la banda de Pablo Iglesias quiere a toda costa. Un ministerio de gran peso económico desde el que dinamitarán la tímida pero exitosa reforma laboral del PP, lo que tendrá el tremendo efecto de encarecer la contratación y dar un poder formidable a la tan destructiva mafia sindical. Justo lo contrario de lo que necesita el rígido mercado laboral español. Con Podemos en el Gobierno, el paro volverá a dispararse en cuanto se apliquen medidas liberticidas e insensatas muy de su gusto, como obligar a las empresas a seguir subiendo el salario mínimo sin tener en cuenta la productividad, implantar la semana laboral de 35 horas sin recorte de sueldo o prohibir los contratos temporales de menos de un mes.
Los de Iglesias no sólo van dañar gravemente las relaciones laborales, también pretenden atentar contra el ya maltrecho derecho de propiedad con propuestas que podrían provocar una funesta argentinización de la economía. Así, están decididos a "recuperar la participación pública en sectores estratégicos como el naviero o el metalúrgico" y en aquellas empresas que sean "una fuente crítica o fundamental de empleo" pero planeen llevar a cabo despidos. Estas medidas espantarán a cualquier inversor digno de tal nombre y darán a la casta socialcomunista un poder pernicioso sobre el mundo empresarial.
"El interés general" será también la excusa de estos miserabilizadores chavistas para proceder a la nacionalización de Bankia. Con la aberrante excusa de recuperar el dinero del rescate bancario, quieren retomar lo que, precisamente, ocasionó el rescate: el control político del sector. Así podrán conceder créditos, según ha prometido la potentada neocomunista sin asomo de vida laboral Irene Montero, a "esos pequeños comercios que la banca privada no apoya por no considerarlos rentables".
El expolio fiscal podemita va a afectar al conjundo de la economía. IRPF, Sociedades, Sucesiones, Patrimonio; la Tasa Google, la Tasa Tobin, el IVA al lujo... Será la mayor subida de impuestos de la historia reciente e irá destinada a costear un aumento del gasto descomunal.
Como partido cordialmente liberticida que es, Podemos pretende intervenir los precios, especialmente en los campos de la vivienda y la energía, con lo que el marasmo puede ser formidable. Es lo que pasa cuando dejas la economía de uno los países más importantes del mundo en manos de una banda de indocumentados que no ha hecho otra cosa en la vida que fanatizarse con ideas especialmente tóxicas y parasitar el Erario.
Normal que este Gobierno socialcomunista dé pánico antes incluso de echar a andar.