El pasado fin de semana se llevo a cabo en la ciudad suiza de Ginebra, la subasta filantrópica más lujosa del mundo. En ella se cerró una puja por un reloj de récord histórico. En concreto, se pagaron 31 millones de dólares (28 millones de euros) por el Patek Philippe modelo Grandmaster Chime 47mm, convirtiendo este reloj de pulsera en el más caro del mundo, arrebatando el puesto a Rolex.
Esta subasta benéfica, que estuvo apadrinada por el Príncipe Alberto de Mónaco, se realiza cada año y con diferentes modelos de relojes. De hecho, el récord se ha superado dos veces: primero con otro Patek Philippe Referencia 1518 de acero inoxidable en 2016 y luego con el Rolex Daytona de Paul Newman en 2017, por el que se pagaron más de 17 millones de euros.
El comprador, que decidió mantenerse en el anonimato, pujó vía telefónica y se llevó el reloj tras una corta pelea de cinco minutos.
Un reloj con muchos detalles
El reloj está completamente elaborado a mano, con multitud de texturas y acabados diferentes. Este modelo de Patek Philippe, cuenta con un total de 20 complicaciones, de las cuales cinco son funciones sonoras, y con dos exclusivas mundiales patentadas: una alarma que toca la hora programada y una repetición de la fecha que toca el día a voluntad.
Viene en una caja de acero, su esfera de color salmón la diferencia del resto. Tiene una caja reversible de 47.7 mm que alberga diales gemelos, uno de oro rosa y el otro negro. Además, el reloj tiene en su cronometraje marcado la inscripción "el único", haciendo referencia al hecho de que solo existe uno de estos modelos.
"La pieza se revalorizó en una sala llena de postores acostumbrados a pagar decenas de millones por una obra de arte", aseguró el portavoz de la marca.