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EDITORIAL

Un Gobierno que asusta antes de nacer

No es de extrañar que los mercados estén tan alarmados al ver lo que Sánchez dijo en su día que "no dejaría dormir tranquilos al 95% de los españoles".

Por mucho que las medidas que recoge el preacuerdo entre el PSOE y la extrema izquierda podemita sean pocas y todavía muy ambiguas, por mucho que Sánchez haya ofrecido a Nadia Calviño la vicepresidencia económica y la haya presentado como adalid de la ortodoxia presupuestaria y por mucho que la ministra en funciones Reyes Maroto tenga la desfachatez de calificarlo de "Gobierno moderado", está visto que el Ejecutivo socialcomunista hace temblar la economía antes incluso de haberse conformado.

Y es que no es casual que, justo en el momento en que Sánchez e Iglesias se fundían en un abrazo, los mercados se dieran la vuelta y el Ibex 35 cosechara pérdidas, ampliando su desmarque del Eurostoxx. Además, este miércoles el selectivo español abrió con fuertes caídas, por encima del 1,5%, hasta cotizar en el nivel de los 9.100 puntos, pérdidas que mantuvo durante toda la jornada, hasta cerrar en el 1,2%.

Y no es para menos: ni la ambigüedad de las medidas del preacuerdo ni las falaces palabras del Gobierno en funciones para tranquilizar a los mercados y a los inversores pueden llevar a nadie engaño. El de Sánchez es el partido socialista más radical de cuantos hay en Europa y, para colmo, abre la puerta de su Gobierno a una formación comunista como Podemos, algo que ya no sucede en ninguna democracia occidental. Así las cosas, no hace falta ser un analista muy perspicaz para saber que Podemos, lejos de moderar, va a excitar todavía más las letales propensiones del PSOE de Sánchez a subir los impuestos, incrementar el gasto, incrementar el salario mínimo, controlar los alquileres, hacer más rígido el mercado laboral y subir irresponsablemente las pensiones a costa de los actuales trabajadores y de un mayor endeudamiento público. Todo lo contrario de lo que hay que hacer para espantar la crisis económica en la que el desgobierno de Sánchez nos ha sumido.

Algunos trataran de buscar consuelo en el hecho de que aún está por ver que Sánchez e Iglesias encuentren los apoyos suficientes para sacar adelante la investidura; pero, aun estando ciertamente el futuro siempre abierto, no menos cierto es que a Sánchez le basta el apoyo de Iglesias y de Errejón para salir investido presidente en segunda votación, mientras las formaciones separatistas no se sumen al PP, a Vox y a Cs en contra de este Gobierno social-comunista que, a diferencia también de cualquier otro Gobierno europeo, tendrá un vicepresidente y varios ministros partidarios del mal llamado derecho de autodeterminación de las regiones que conforman la nación española.

A este respecto, más sentido tiene buscar algo de consuelo en la pertenencia de España al euro y en la falta de acreedores que va a padecer este espantoso e irresponsable Ejecutivo. Con todo, aun cuando este hecho imponga límites al endeudamiento, las tragaderas de los burócratas del BCE que financian con dinero del contribuyente a los Gobiernos manirrotos son enormes y nunca han constituido un dique para la subida de impuestos. Así las cosas, para cuando el Gobierno de Sánchez ya no pueda seguir gastando y endeudándonos más por falta de acreedores institucionales, la situación económica nacional bien podría ser absolutamente calamitosa.

En definitiva: no es de extrañar que los mercados estén tan alarmados ante un Gobierno como el que Sánchez dijo en su día que "no dejaría dormir tranquilos al 95% de los españoles".

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