La economía vuelve a estar en el centro del debate político. A las puertas de las Elecciones Generales del 10-N, el debate de candidatos presidenciales organizado por la Academia de la Televisión volvió a poner encima de la mesa las distintas miradas económicas de los cinco principales partidos de nuestro país.
Pablo Iglesias protagonizó esta franja del debate, pero no precisamente por la solvencia de sus propuestas. El líder morado dijo que "todos los economistas reconocen que hay una desaceleración económica que se puede convertir en una crisis" y añadió que "los datos de empleo son los peores desde 2012". Sin embargo, a la hora de hacer propuestas, Iglesias sacó toda la artillería pesada del recetario podemita:
- Revalorizar las pensiones con el IPC. Según las estimaciones de Fedea, el coste de una propuesta así a 327.000 millones de euros. Teniendo en cuenta que el déficit del sistema llega ya a 18.000 millones, esto supondría añadir otros 16.500 millones al descuadre de la Seguridad Social. Dicho de otro modo: un aumento del 48% en la diferencia entre ingresos y gastos de la caja de las pensiones, suficiente para la quiebra definitiva del sistema.
- Aprobar un recargo fiscal a la banca. En realidad, el sistema financiero ya abona un recargo de cinco puntos porcentuales en el Impuesto de Sociedades. No solo eso: el tipo efectivo que pagan estas corporaciones asciende al 28%, por encima del tipo de referencia de las grandes empresas, que llega al 19%. Pero quizá lo más sangrante de esta línea argumental es que Iglesias quiere que los bancos paguen de esta forma el "rescate" recibido por el sector, a pesar de que las entidades que se beneficiaron de dichas ayudas no son los vehículos privados de nuestro sistema financiero, sino las cajas de ahorros, muchas de ellas extintas desde hace años.
- Subir otro 33% el salario mínimo. Entidades como el Banco de España, AIREF o la agencia de calificación Moody’s estiman que el incremento a 900 euros va a destruir 125.000 puestos de trabajo. De momento, ya sabemos que el empleo doméstico se ha reducido en 40.000 efectivos, mientras que la creación de nuevos puestos de trabajo entre los jóvenes se ha desplomado un 60% desde que el coste laboral mínimo se disparó un 22% a comienzos de año.
- Intervenir el mercado del alquiler a la alemana. El índice de precio de la vivienda de la OCDE muestra que las restricciones aplicadas por el país teutón no han impedido una subida del 17% en los precios de compra-venta y un crecimiento del 4% en el coste de arrendar.
- Intervenir el mercado energético con una empresa pública. En realidad, el encarecimiento de la factura de la luz se explica precisamente por el excesivo peso del Estado en el ámbito energético. Así, se estima que la factura podría reducirse un 30% eliminando o bajando los costes políticos que se han creado en los últimos años.
- Fiscalidad de las grandes empresas. Aunque Pablo Iglesias afirma que las principales corporaciones de nuestro sector privado pagan un tipo del 7,8%, lo cierto es que este tipo de estimación compara beneficios globales con impuestos locales. Si se hace el cálculo de forma adecuada vemos que los documentos presentados ante la CNMV muestran que la élite empresarial española paga un tipo efectivo del 27,8% en el Impuesto de Sociedades.
- No hay autónomos de un sólo pagador: El líder de la formación morada puso de manifiesto su total desconocimiento sobre en qué consiste el trabajo de un autónomo asegurando que "si tienes un solo pagador, no eres autónomo". Lo que Iglesias debería saber es que la definición de autónomo no depende del número de pagadores sino de la relación con la empresa. De hecho, la legislación laboral ya contempla una figura específica para la situación que mencionaba Iglesias: el trabajador autónomo económicamente dependiente (TRADE).
Por su parte, Pablo Casado aprovechó su intervención para dirigirse a los espectadores y hablarles de impuestos: "Si vota Vd. al PSOE, tendrá que incluir en la urna un sobre de 1.000 euros, porque ese va a ser el coste de las medidas fiscales que está proponiendo Pedro Sánchez. Si vota Vd. al PP, se beneficiará de una rebaja fiscal de 700 euros. En el caso de los autónomos, el ahorro de los nuevos trabajadores por cuenta propia será de más de 3.000 euros anuales".
El líder del PP reprochó al PSOE que hable de "blindar el Estado del Bienestar" tras haber dejado "una deuda de 17.000 millones en el sistema sanitario" y "haber ocultado a medio millón de personas en las listas de espera de la salud andaluza". Mirando adelante, Casado alertó del deterioro del empleo con datos de la última EPA ("hay 17.000 jóvenes más en paro, 30.000 autónomos que han cerrado la persiana…") y afirmó a renglón seguido que Sánchez "quiere aumentar el gasto en 30.000 millones mientras Bruselas advierte que deberá reducirlo en 6.000 millones". El popular concluyó afirmando que "el socialismo se acaba cuando se acaba el dinero del contribuyente".
En su turno de intervención, Albert Rivera se centró en hablar de la necesidad de promover la natalidad ("quiero una revolución para las familias, con 1.200 euros de ahorro para las familias con dos hijos y 2.400 euros para las de tres hijos"). A continuación, asumió un bulo sobradamente desacreditado que afirma que "la corrupción tiene un coste de 48.000 millones de euros". En realidad, esta cifra sale de un informe de Transparencia Internacional que no ofrece datos para España y que simplemente afirma que los malos procesos de licitación pública pueden generar sobrecostes del 25% (es decir, estimaciones generales y que no aluden a corrupción).
El debutante Santiago Abascal criticó que sus adversarios se centren "en parches y en datos coyunturales que olvidan el marco general que nos destroza: una combinación de expolio fiscal, derroche autonómico e inmigración subvencionada. La consecuencia de todo esto es que la deuda llega ya al 100% del PIB, tras haber crecido bajo los gobiernos de Zapatero y Rajoy. Y lo peor de todo es que se ríen de esto. Ahí está ese acto reciente en el que Rajoy se reía con González de haber subido los impuestos, incumpliendo su promesa electoral de bajarlos. Eso nos ofendió a muchos españoles".
El número uno de VOX propuso un "recorte de duplicidades" orientado a ahorrar 24.000 millones de euros. También defendió que "el Estado de las Autonomías nos cuesta entre 60.000 y 90.000 millones". Sin embargo, es importante matizar que, más allá de las innegables inneficientes de nuestras Administraciones Públicas, el grueso del gasto regional (alrededor del 80%) se va en educación y sanidad, de modo que el margen de ajuste por el lado del despilfarro político no es tan amplio como podría parecer, por mucho que hablemos de una innegable oportunidad para mejorar el cuadro fiscal español.
Tras plantear recortes en las estructuras autonómicas, Abascal defendió "una rebaja del IRPF que beneficiaría al 93% de los trabajadores, con un tipo de referencia del 22%, con la duplicación del mínimo exento y con un tramo máximo del 30%. En paralelo, defendemos reducir Sociedades al 22%, eliminar Sucesiones y Patrimonio. Para acompañar esas medidas de rebaja fiscal, simplificaremos la burocracia y recuperaremos el mercado común, eliminando hasta cinco normas por cada nueva regulación aprobada".
El presidente en funciones, Pedro Sánchez, procuró mantener un perfil bajo en este segmento del debate, probablemente consciente de que la economía es uno de los puntos más débiles del PSOE de cara a las próximas Elecciones Generales. El mandatario socialista negó el enfriamiento económico, afirmando que "aunque España es vulnerable a las tensiones comerciales de EEUU y China, al Brexit… lo cierto es que nuestra economía tiene pilares sólidos. Estamos creciendo, estamos creando empleo, estamos subiendo el salario mínimo, estamos reduciendo el déficit al 2% del PIB frente al 3% que heredamos del PP… Estamos haciendo una apuesta rigurosa, con disciplina fiscal".
A continuación, denunció que "los pensionistas perdieron poder adquisitivo con el PP" (los informes del pacto de Toledo señalan que lo mantuvieron, con una subida acumulada del 14% bajo gobierno de Rajoy), que tiene previsto derogar la reforma laboral (tras un año y medio en el poder, no ha hecho ninguna proposición de Ley) y "seguir subiendo el SMI" (a pesar de los efectos adversos que ya se están produciendo en el mercado de trabajo).