Arden las calles de Cataluña. La pasividad del Gobierno central, la complicidad de las autoridades regionales y la inoperancia de los responsables municipales ha favorecido un clima de violencia que ya se ha cobrado decenas de agentes heridos y cientos de detenidos. Pero, más allá de las implicaciones políticas, estas protestas acarrean también costes económicos que, si bien no son fáciles de precisar, empiezan a salir a la luz.
Paros en la industria
La industria, que enfrenta graves turbulencias macroeconómicas desde hace ya más de un año, lidiará también con las consecuencias de la violencia desatada durante los últimos días. La planta de Seat en Martorell suspendió su actividad ayer viernes ante la "huelga" convocada por el independentismo. Una decisión así implica dejar de producir unos 3.500 vehículos. Seat no es un caso aislado: algo similar ocurre en otras factorías que también están frenando su actividad.
Cancelaciones en la restauración
En los distritos más afectados por las protestas, numerosos locales apostaron por echar la persiana y esperar a que la situación mejore. Solo en octubre 2017, los bares y restaurantes de la región dejaron de vender 60 millones de euros, debido a las cancelaciones por parte de clientes y las jornadas con poca o nula actividad.
El comercio teme un descenso del 30%
Las patronales del sector textil temen que el clima de violencia perjudique notablemente las ventas de sus establecimientos. En octubre de 2017, los disturbios en torno al referéndum ilegal del 1-O hicieron que la facturación se hundiese un 30%. De hecho, el 63% de los establecimientos experimentaron una caída en el número de ventas. Desde ACOTEX apuntan que estas cifras pueden repetirse en 2019 y recuerdan que una caída tan potente deprime también la cifra de negocios del conjunto nacional, debido al peso relativo de Cataluña en la economía española.
Los transportistas, en números rojos
Las revueltas de los últimos días han estado marcadas por la toma de infraestructuras estratégicas como la AP-7, una ruta clave en el recorrido de transportistas ocupados por empresas exportadoras por la que circulan seis de cada diez bienes vendidos por España a Europa. La Federación del ramo estima que las protestas violentas reducen su cifra de negocio por un monto de 25 millones de euros diarios, de los 15 millones corresponden a contratos internacionales y 10 millones, a rutas domésticas. Desde 2018, la Generalidad prohíbe que los camiones circulen por carreteras nacionales, de modo que los cortes en la AP-7 han dejado al sector en números rojos y sin alternativa alguna.
Cientos de cancelaciones en El Prat
Cae la actividad en el aeropuerto de Barcelona. Ya el pasado día 14, la toma de El Prat por parte de diversos colectivos separatistas obligó a cancelar alrededor de 100 vuelos, la décima parte del total previsto para la jornada. Pero los problemas no cesaron con el desalojo. Así, Vueling canceló ayer 36 vuelos, mientras que Iberia hizo lo propio con doce conexiones, todas ellas correspondientes al puente aéreo Madrid-Barcelona. A la inseguridad imperante en la Ciudad Condal se le suma la convocatoria de huelga por parte de los sindicatos que operan diversos servicios en El Prat.
Mobiliario urbano destrozado
Los altercados de los días 15, 16 y 17 de octubre en la Ciudad Condal empiezan a hacer mella en las cuentas del consistorio, que ya ha contabilizado al menos 650 contenedores incendiados. En total, dichos destrozos suman un coste de 1,6 millones euros. Pero la factura no acaba ahí, puesto que hay que sumar los gastos de asfaltado, la reparación de aceras, la restauración de bancos, etc. Las protestas también dejarán huella en las cuentas municipales de Lérida (alrededor de 100.000 euros), Tarragona (unos 150.000 euros) y Gerona (donde aún no se han ofrecido datos).
Turismo y congresos
Exceltur estima que, en octubre de 2017, la factura de las cancelaciones de viajes y congresos llegó a los 320 millones de euros. Hizo falta un mes de espera, hasta la entrada en vigor del artículo 155 de la Constitución que intervino la Generalidad, para que la situación se normalizase. De momento, los viajes del Imserso empiezan a resentirse de lo ocurrido (las reservas se han frenado en seco) y congresos como la Convención Mundial de Porsche o la Feria Inmobiliaria Barcelona Meeting Point empiezan a notar las consecuencias de la incertidumbre.