Los accidentes en territorio nacional cuestan al conjunto de la sociedad 2.120 millones de euros anuales, según la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras (Seopan). La industria dedicada a la seguridad vial y la mejora de la movilidad en las ciudades trabaja intensamente para reducir ese dato. De empezar a desplegar e instalarse los nuevos adelantos, el ahorro en gasto sanitario supondría un ahorro de hasta 144 millones de euros al año, indica la patronal. Y no solo se verían beneficiados los contribuyentes en España, también se calcula que se evitarían 69 muertes y más de 200 heridos al año.
En el Salón Internacional de la Movilidad Vial Segura y Sostenible, Traffic 2019, que se celebra en Ifema, más de 70 empresas presentan soluciones que ya se estarían aplicando. Es el caso del avión dron Milvus (Supervisión Aérea Inteligente), un aeroplano de Inteligencia Artificial que la DGT ya ha lanzado a volar por las carreteras. Se trata de una hipervigilancia de 24 horas que capta matrículas a larga distancia, controla el tráfico y envía información de forma continuada a través de sensores.
"No solo multan"
"Nuestro objetivo es vivir en ciudades y recorrer trayectos de forma más segura. El mercado no solo prepara dispositivos que penalizan conductas. Por ejemplo, nuestro coche robot patrulla ya en áreas de Madrid detectando comportamientos anómalos de vehículos y peatones. Capta todas las secuencias que se suceden alrededor a través de diferentes cámaras. Envía la información a los agentes de Policía Local, por ejemplo, si hay reyertas o discusiones a la salida de una discoteca. Incluso predice lo que puede pasar en una vía urbana o interurbana", argumenta David Hernández, director de TradeSegur e ingeniero de Telecomunicaciones.
La capacidad predictiva de radares y sistemas de lectura es una de los retos de la industria. Hernández explica que las Ciudades Inteligentes (Smart Cities), van a ser escenarios cada vez más seguros para sus habitantes, menos estresantes y ruidosos, y, además, sin contaminación.
El investigador ha adelantado a Libre Mercado que muy pronto saldrá a la luz un software que "facilitará encontrar una plaza de aparcamiento". Aquello de dar vueltas y vueltas cayendo en la desesperación, pasará a la historia en breve. "Los robots cars que ya están circulando en la Comunidad de Madrid, transmitirán mensajes instantáneos que advertirán al conductor dónde hay un espacio libre", cuenta Hernández.
Otro de los elementos que también formará parte del decorado urbano de las Smart Cities, son los aparcamientos para patinetes y bicicletas eléctricas. Un alivio para centenares de vecinos y peatones que no ven con buenos ojos cómo se amontonan decenas de patinetes en las aceras. Evitar que estos vehículos estén tirados, mal colocados o impidiendo el paso a los usuarios, ha sido la misión de Idir Ferrán y su equipo. Este joven ingeniero y director de Scooter Docks, no solo muestra una solución efectiva con el invento, sino que también sus futuristas aparcamientos para patinetes son, a su vez, bancos metálicos donde pueden descansar los riders o cualquier ciudadano que pasé por allí.
"Sabemos que es un problema y nosotros ya hemos presentado nuestro modelo de solución efectiva y funcional. Los ayuntamientos piensan incorporarlos, pero la lentitud de la burocracia está haciendo que todavía no estén disponibles y se conviertan en parte del mobiliario urbano", destaca Ferráh.
Juan Carlos Moreno, un ingeniero experto en sistemas de movilidad en las Ciudades Inteligentes afirma que "el mercado anticipa los escollos que pueden plantear nuevos estilos de vida como ir al trabajo en patinete. Sin embargo, las instituciones no trabajan al mismo ritmo. Las Smart Cities están listas, solo queda que se acelere su despliegue pero al depender de organismos políticos en España que los aprueben, el proceso se va a ralentizar años", critica.