"La economía española está en retroceso". Pablo Casado tiene claro que la desaceleración será un tema importante en la cuenta atrás a las Elecciones Generales del próximo 10 de noviembre. No en vano, el líder de los populares organizó el pasado fin de semana una cumbre económica consagrada íntegramente a hablar del deterioro económico y las soluciones que pueden aplicarse para contenerlo.
Hay cinco gráficos clave en el discurso económico de Casado. El primero de ellas tiene que ver con la tasa de paro. El candidato a la Presidencia del Gobierno de los azules quiere insistir en la negativa evolución del mercado de trabajo bajo los gobiernos de Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez.
En segundo lugar, Casado quiere defender la reforma laboral del gobierno de Mariano Rajoy y mostrar que el empleo de calidad se ha resentido en cuanto se han introducido medidas como la subida del 22% en el salario mínimo. Para posicionar este mensaje, el líder de Génova 13 quiere enseñar la evolución de la contratación indefinida durante el mandato de Sánchez, puesto que dicha rúbrica acumula una caída de más del 5% en lo que va de 2019.
El tercer tema económico de Casado son los jóvenes. La tasa de paro juvenil heredada por José María Aznar era del 42%, mientras que el final de su mandato coincidió con una reducción de dicho indicador hasta el 20%. Con Rodríguez Zapatero, el desempleo de los jóvenes creció al 44%, mientras que la Era Rajoy concluyó con dicho indicador en el 35%. Hoy, el porcentaje oficial está en el 33%, pero la senda de los últimos meses está siendo alcista, de modo que Casado quiere cargar las tintas en este indicador para movilizar a votantes de menor edad.
El discurso feminista del PSOE también hace aguas por la vía económica. El paro femenino era del 30% con Felipe González, pero bajó al 15% con José María Aznar. Zapatero dejó el poder con esta rúbrica en el 23%, mientras que Rajoy se despidió con una desocupación femenina del 17%. Ahora, un año y medio después de la moción de censura, este indicador sigue rondando el 17% y los datos de julio, agosto y septiembre apuntan a un rápido deterioro.
Por último, Casado quiere convencer a los españoles de que un gobierno socialista puede llevarnos a una nueva crisis fiscal. Felipe González dejó un déficit del 7% del PIB, mientras que José María Aznar acarició el superávit. Rodríguez Zapatero dejó un descuadre del 10% del PIB, mientras que Mariano Rajoy redujo la brecha entre ingresos y gastos al 2% del PIB. La previsión de Pedro Sánchez era aminorar el déficit al 1% del PIB, pero todo indica que 2019 cerrará con niveles superiores al 2% del PIB.
