Asturias y Cantabria, enfrentadas por la sidra. La Audiencia Provincial ha rechazado el recurso presentado por parte de la Asociación de Sidra Asturiana (ASSA) contra la sentencia del juzgado de lo Mercantil número 1 de Santander, que desestimó la pretensión de los asturianos de que un productor cántabro dejase de usar la típica botella verde de sidra asturiana, llamada molde de hierro, para envasar su bebida.
"Seguimos sintiendo que esta botella es nuestra, de los asturianos, por lo que vamos a seguir luchando por defender y proteger el uso exclusivo de este bien material tan representativo de nuestra cultura, para lo que utilizaremos todos los recursos técnicos y herramientas legales de los que podamos disponer", han asegurado desde ASSA.
Desde ASSA argumentan que la industria asturiana desarrolló en 1880 un modelo "diferente, único y propio" para la sidra natural elaborada en Asturias, el llamado molde hierro, popularmente conocido como botella de Gijón, personalizándolo "impecablemente para una capacidad ligada a las medidas tradicionales de uso en Asturias y para las particulares necesidades de servicio de la bebida a la que iba destinada, el escanciado".
La versión cántabra
La empresa cántabra protagonista de la polémica es Sidra Somarroza. La compañía ha declarado, sin embargo, que considera que la sentencia de la Audiencia Provincial de Cantabria es "justa" y supone una "victoria para el mundo de la sidra".
En nota de prensa, Somarroza ha señalado que aunque se considere que la sentencia, que desestima el recurso interpuesto por la Asociación de Sidra Asturiana (ASSA), es "una victoria de los lagares cántabros" en realidad va a beneficiar a "muchos elaboradores de sidra de fuera y también de dentro de Asturias".
En contra de los argumentos de los asturianos, Somarroza asegura que la botella molde de hierro fue creada por el inglés Henry Ricketss en 1821 (Bristol) y la patente se extinguió en 1835, dos años después de que fuera presentada en la exposición nacional de Madrid como una innovación técnica.
Añade que en 1880 una vidriera asturiana comenzó su fabricación para envasar sidra natural y fue hace "pocos años" cuando la Asociación de Sidra Asturiana registró en patentes y marcas esa botella "que ya existía en el mercado y que no les pertenecía".