Pueden ganar hasta millones de euros tras una competición a nivel mundial y se han erigido los nuevos iconos de referencia para cientos de adolescentes: son los gamers. Se trata de expertos en videojuegos, jugadores de élite, que se dejan el pellejo ante la pantalla. Alcanzar el máximo nivel, no es sencillo, y el Madrid Games Week 2019 muestra la otra cara de la profesión.
Microsoft, Nintendo, Bandai Namco, Warner Bross, Sony, Ubisoft han realizado un despliegue por todo lo alto en Ifema (Madrid), junto con la Asociación Española del Videojuego en España (AEVI). Centenares de ordenadores, realidad virtual, Manga, los Cosplay, pantallas gigantes, luces psicodélicas, y miles de jóvenes fans que esperan probar videojuegos como Final Fantasy VII Remake, Luigi's Mansion 3, Dragon Ball: Kakarot, Ghost Recon Breakpoint, FIFA 20 o Call of Duty: Modern Warfare o Fornite.
Pero algo ha cambiado en la última década en la industria del videojuego, y en el Madrid Games Week 2019 se nota. Entre el público y los profesionales existe una línea fronteriza que es marcada por monitores, coach, psicólogos y entrenadores de los gamers de élite. Es mundo aparte, casi paralelo. "La concentración que requiere el equipo es similar a la que necesita el Real Madrid cuando sus futbolistas salen al campo. ¿Te imaginas que todos los seguidores del club pudieran estar alrededor de los jugadores? Pues esto es exactamente lo mismo. Las vidas de las gamers son iguales de duras y sacrificadas que un deportista de élite en España", cuenta Jiménez Esteban, monitor de esports y entrenador personal de gamers.
La competición va a comenzar. Hay guardaespaldas. Distraerlos y que levanten la vista un segundo puede suponer la eliminación en el juego y, por consiguiente, la pérdida de una buena cantidad de dinero. Teniendo en cuenta que llegan a ganar hasta 10.000 euros mensuales de sueldo base, más patrocinios y contratos por competición, se entiende que no quieran que pase por delante de sus narices ni una mosca.
El equipo de X6Tence jugará contra los Wizards en la categoría de los esports. Llama la atención que la afición de los X6Tence se encuentra en el recinto. Banderas, gritos de ánimo y bocinas se escuchan antes de que arranque el campeonato. Los jugadores hacen un círculo, se dan apoyo moral, el entrenador los motiva antes de sentarse a los mandos, aquello es un espectáculo.
Antonio Jiménez, es el líder de la afición de X6Tence. "Estos chicos entrenan hasta nueve horas diarias, cuentan con psicólogos, y realizan deportes físicos para mantener la mente concentrada. Hay que estar muy preparado a nivel psíquico. Hace poco en Nueva York, nuestro equipo, empezó a jugar a las cuatro de la tarde y finalizaron a la una de la mañana. Para estar firme y despejado tantas horas, y dar tu máximo rendimiento, el entrenamiento que reciben es similar al de los deportistas de élite", afirma el experto en deportes electrónicos.
Sergio González, gamer de profesión, ha vivido como su entorno no se ha tomado en serio su carrera hasta que han visto que ganaba más que cualquiera de sus padres. "Evidentemente, estamos haciendo lo que nos gusta, pero dedicarte a esto no es ningún juego", asiente.
Varios gamers en otro lado del pabellón también se preparan para competir en una hora. Nos colamos para hablar con ellos. Son adolescentes, pero a su edad ya saben lo que es tener una nómina y firmar contratos publicitarios. Iván Muñiz, empezó en la habitación de su casa a echarle horas, pero nunca ha dejado de lado sus estudios: "Si voy ascendiendo en la profesión de gamer ya me plantearé qué hacer. Pero, por ahora, puedo compaginarlo con la carrera que quiero estudiar", nos explica mientras ofrece apoyo a sus compañeros. "Lo bueno es que nuestros padres nos apoyan, y aunque todavía ganamos la cuarta parte de lo que factura un gamer de élite, estamos contentos. Nuestro equipo solo lleva un año compitiendo, así que iremos a más".
Entre el público, se encuentran también aspirantes a gamers. Alumnos de cursos y academias especializadas. Es el caso de Javier Ferrer, realiza un grado superior de esports en Esport Academy (Madrid) de dos años. "Mi meta es dedicar mi vida a los videojuegos, porque esto es como un trabajo. Es cierto que dejamos de lado la realidad, pero siempre dependerá de hasta donde quieras llegar. Es duro, como todo lo que quieras conseguir. Se ve muy bonito desde fuera porque estás jugando a un videojuego, pero vivir de esto requiere un gran sacrificio. No dan nada regalado. Yo, por ejemplo, estudio por las tardes en la carrera de Creación de Videojuegos, por las mañanas entreno al League of Legends (videojuego), y también, saco tiempo para estudiar japonés.Japón es la meca de los videojuegos, ellos son los reyes", afirma el joven estudiante.
Los pabellones de la feria están a rebosar. Los visitantes hacen cola para ponerse a los mandos, dan vueltas emocionados viendo a sus iconos competir con decenas de usuarios. En España, los videojuegos se consolidan ya como uno de los negocios más rentables y no deja de crecer.
Según AEVI, en nuestro país existen 16,8 millones de jugadores estableciendo a España como la novena potencia mundial en consumo de videojuegos y la cuarta de Europa.