Íñigo Errejón, exnúmero 2 de Podemos, acaba de consumar su venganza contra el que en su día fuera su gran amigo y mentor, Pablo Iglesias, tras presentarse a las elecciones generales bajo su nueva formación política Más País. Y aunque, hoy por hoy, son muchas las discrepancias que separan a ambos líderes, lo cierto es que comparten numerosas similitudes, empezando por el de la hipocresía y la doble moral.
No en vano, Errejón, al igual que Iglesias, procede de una familia acomodada que nada tiene que ver con las clases humildes y trabajadoras que dice defender y representar. De hecho, el padre de Errejón ha sido alto cargo del Gobierno durante largos años, encuadrándose así en la "casta" de poderosos del "régimen" que tanto denosta su hijo a través de un manido y simplista discurso en el que divide y enfrenta a los de "arriba" con los de "abajo".
Igualmente, llama la atención que toda su carrera profesional esté vinculada a la vida universitaria y, especialmente, política, careciendo, por tanto, de experiencia alguna en el tradicional ámbito laboral del que dependen quienes dice representar. Y aún más que, habiendo hecho de la lucha contra la corrupción uno de sus grandes estandartes, se beneficiara de una beca black concedida por la Universidad de Málaga, cuyo escándalo aún resuena.
Sin embargo, la mayor hipocresía que gira en torno a la figura de Errejón es su tan cacareada "moderación" política, en comparación con la imagen agresiva y radical que transmite su antiguo maestro. En primer lugar, porque, al igual que Iglesias y otros destacados líderes de Podemos, Errejón trabajó en la Fundación CEPS y, posteriormente, formó parte del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), dos organizaciones muy vinculadas a los regímenes bolivarianos. Y, en segundo término, porque bajo ese barniz de mesura en el mensaje y sobriedad en el tono se esconde un proyecto tan totalitario y liberticida como el que defienden Iglesias y sus acólitos.
En realidad, nada diferencia al uno del otro, salvo el ropaje que visten. Ambos son dos chavistas convencidos, comunistas de nuevo cuño, cuyo objetivo no es otro que trasladar el cruel y ruinoso modelo bolivariano a España. Errejón e Iglesias tan sólo difieren en el cómo, no en el qué. Y para prueba, sus propias frases…
1. "Nunca debería haber abandonado la transversalidad"
He aquí la principal discrepancia política que existe entre Errejón e Iglesias. El primero culpa al segundo del fracaso electoral de Podemos por haber renunciado a la "transversalidad" con la que se presentó inicialmente a las elecciones a través del ya citado discurso de los de "arriba" frente a los de "abajo", en sustitución del eje "izquierda-derecha".
2. Cantando "La Internacional"
Pero hasta aquí. El hecho de que Errejón cantara La Internacional junto a Iglesias y el rapero Pablo Hasel junto a una bandera comunista da buena idea de lo poco socialdemócrata que es el personaje.
3. "Abajo el régimen, a la calle"
Y aún más si el susodicho grita "abajo el régimen, a la calle", con el puño en alto…
4. "Chávez vive, la lucha sigue"
En un homenaje celebrado en 2014 en honor a la figura de Hugo Chávez tras su muerte, Errejón fue diáfano en sus palabras al soltar perlas tales como "por mí también pasó Chávez"; "a Chávez le debemos la recuperación de la política como un arte plebeyo y cotidiano […], el socialismo como democracia sin fin"; "Venezuela no está sola, en el sur de Europa necesitamos mucho de ese cálido viento latinoamericano que borre a tanto canalla"; "Les queremos. Chávez vive, la lucha sigue".
5. Hay colas porque "hay más dinero"
Una de las mayores pruebas de su lealtad al chavismo fue su surrealista justificación de las colas kilométricas a las puertas de las tiendas y grandes almacenes en Venezuela, ya que su origen, según Errejón, no era la escasez que había provocado el régimen con sus desastrosas políticas de control de precios y cierre de empresas, sino la mejora del poder adquisitivo de los venezolanos.
Su entrevista en el Correo del Orinoco no tiene desperdicio: "Venezuela es una revolución en libertad, y por lo tanto la gente puede decidir lo que hace. Además, el proceso de transformación en Venezuela le ha dado a la población más herramientas para decidir en lo político; en lo económico le ha dado más dinero. Desmercantilizando necesidades ha liberado renta para otras cosas; al garantizar la educación y la salud, la gente tiene más dinero disponible para dedicarlo a otras cosas, como el consumo. El aumento de la capacidad de consumo es producto de la Revolución Bolivariana".
"Hay que recordar que en algunos países no hay colas porque no todo el mundo puede. Te vas a un gran almacén y no hay cola porque la gente no puede; hay cosas que están limitadas. Lo que pasa es que siempre ves los anaqueles llenos, a rebosar, y poca gente para la mucha mercancía que hay. Lo que no ves es toda la gente que está en casa, que no tiene plata para hacer demanda"… "Una contraparte de las colas en Venezuela es, también, la mayor capacidad de acceso al consumo". "Hay más dinero disponible".
6. Los venezolanos hacen "tres comidas al día"
Aunque para esperpento la entrevista que concedió a la publicación chilena The Clinic, donde el candidato de Más País dijo, sin sonrojarse lo más mínimo, que en Venezuela "se respetan los derechos y libertades de la oposición" y sus habitantes hacen "tres comidas al día", a pesar de las denuncias de la ONU sobre la vulneración de los derechos humanos o la histórica crisis humanitaria que sufre el país desde hace años.
7. "Inmensos avances" chavistas
En esa misma entrevista insiste en que el chavismo ha logrado "importantísimos avances" en Venezuela, hasta el punto de negar la escasez de medicamentos o la fuga masiva de población en búsqueda de un futuro mejor.
8. "Alternativa al capitalismo"
Errejón, pese a todo, es muy cuidadoso a la hora de manifestar su verdadera ideología, puesto que no se dedica a ir gritando "comunismo, comunismo" a los cuatro vientos, a sabiendas de que puede asustar al personal. Su estrategia es mucho más sibilina y sutil, y, por ello, mucho más peligrosa. No en vano, tal y como él mismo confesó, su objetivo es "dejar sembradas políticas que predispongan al voto progresista y hagan irreversible la alternativa al capitalismo". La alternativa al capitalismo implica su sustitución, cuyo desastroso resultado ya se conoció a lo largo del siglo XX.
9. Sembrar chiringuitos para enchufar "a los cuadros"
Otra frase de Errejón que quedará para la posteridad es la de "dejar sembradas instituciones populares" allí donde gobiernen para "refugiarse cuando gobierne el adversario". Es decir, crear chiringuitos públicos por doquier para colocar a la gente del partido con el dinero de los contribuyentes. "Hace falta una estructura económica autónoma que permita acoger a una buena parte de los cuadros militantes que hoy se están dedicando a los trabajos institucionales". Más casta, imposible.
¿Recordáis este vídeo de Errejón donde instaba a multiplicar la burocracia estatal y paraestatal para infiltrar a los suyos? Aquí algunos de los organismos que proponía constituir en el programa de Más Madrid: pic.twitter.com/xkJJU9Wp26
— Juan Ramón Rallo (@juanrallo) September 26, 2019
10. "Asaltar" medios de comunicación
Y como colofón, su idea sobre la libertad de prensa, uno de los principios básicos de toda democracia: "La pelea por la opinión es una pelea fundamental. Y si se da en una esfera pública, que le hemos regalado hasta ahora a los poderes privados, es hora de que la izquierda se lo empiece a plantear, igual que reconocemos que es una ignominia cómo va a estar el Banco Central Europeo en manos no elegidas, no controladas por los ciudadanos".
"Esos espacios (los medios de comunicación) también tienen que estar sometidos a control democrático. La izquierda tiene que empezar a pensar en una Ley de Medios, que esto vaya sonando. El espacio mediático es un espacio a asaltar y a democratizar y a quitárselo a los señores del dinero. Y, por otra parte, que empecemos a señalar la responsabilidad social que tienen los medios como se ha hecho en otras latitudes cuando mienten, no dicen la verdad o silencian a una mayorías".
Este es el Errejón "moderado", el "socialdemócrata" que tanto gusta en los círculos progres, un liberticida que, a diferencia de Iglesias, sabe esconder mejor su auténtica naturaleza. Errejón es un lobo con piel de cordero, de ahí, precisamente, su peligro. Bajo su intrincado discurso buenista y su cara aniñada no hay más que otro proyecto totalitario.