Aston Martin es una de las marcas automovilísticas más conocidas en todo el mundo. Su exclusividad y elegancia siempre han cautivado a los amantes del motor, pero la empresa británica está pasando uno de los peores momentos de sus más de 105 años de historia.
Los analistas de Standar and Poor’s han anunciado una rebaja del rating de sus bonos a CCC+, una de las calificaciones más bajas que alerta del gran riesgo de impago. Esto se ha producido después de que la compañía emitiese un nuevo bono por valor de 170 millones de euros. Es decir, ha pedido un préstamo al mercado por ese valor, pero los intereses a pagar por la financiación serían demasiado altos debido a la bajísima calificación de las empresas de rating.
"Aunque esperamos una mejora significativa del Ebitda en 2020, creemos que Aston Martin ha alcanzado el límite en términos de cantidad de deuda a plazo y carga de intereses en efectivo que puede atender de manera sostenible", observan en S&P, donde prevén que la compañía cerrará el año fiscal 2019 con un apalancamiento ajustado superior a las 30 veces el Ebitda.
En bolsa las cosas le marchan igual de mal, ya que desde el pasado mes de octubre el valor de la empresa ha caído un 70%. El precio de una acción hace doce meses superaba los 1.800 peniques (la unidad en la que cotiza la compañía, que equivalen a 18 libras) y ahora, está por debajo de los 570 peniques. Cabe señalar que Aston Martin salió a bolsa en octubre del año pasado y desde entonces, no ha conseguido ninguna revalorización.
¿Por qué ha caído?
En primer lugar, la crisis se debe a los continuos trimestres de números rojos de la compañía. Pero no solo a eso. El Brexit es un gran hándicap para el fabricante de coches. En el informe de S&P se advertía lo siguiente: "Aston Martin exporta una cantidad significativa de los automóviles que produce en el Reino Unido a la Unión Europea y los Estados Unidos. Un Brexit sin acuerdo podría generar choques en la cadena de suministro, aranceles a las importaciones y exportaciones, y una caída en la confianza del consumidor. Dado que la presencia de producción de Aston Martin se concentra en el Reino Unido, esto podría dañar a la compañía más de lo que lo haría a algunos de sus competidores", indican.
Previsiones
Lo cierto es que Aston Martin no se rinde. La firma está innovando en sus nuevos modelos y abriendo el mercado introduciendo nuevas líneas de coches. De hecho, desde S&P aseguran que este plan de renovación podría devolverle la rentabilidad a la empresa en el medio plazo. Pero no solo eso, la compañía está barajando la posibilidad de cambiar de puertos y de transportes aéreos para combatir el Brexit de una mejor manera.