El Banco Santander ha llevado a cabo una revisión del fondo de comercio adscrito a su filial británica que arroja como resultado un deterioro por importe aproximado de 1.500 millones de euros, que achaca al difícil entorno regulatorio y a la incertidumbre generada por el Brexit en el crecimiento económico de Reino Unido, informó la entidad.
En concreto, el ajuste, que tendrá impacto en el beneficio atribuido, se debe principalmente al cambio en las expectativas para Santander UK como consecuencia de un entorno regulatorio complejo, entre otras razones por los distintos efectos negativos de la regulación que obliga a los bancos a separar el negocio de banca minorista del de banca de inversión.
El cambio normativo ha supuesto un aumento de activos en la sucursal de Londres de la matriz española de aproximadamente 40.000 millones de euros (de los que 25.000 millones son de un traspaso inicial de activos desde Santander UK), así como un incremento de los costes al duplicarse algunas funciones, lo que a su vez ha dado lugar a una disminución en la capacidad de generación de beneficios de Santander UK, según explica la entidad.
El ajuste también es resultado del incremento en la presión competitiva en Reino Unido y del impacto de la incertidumbre generada por el Brexit en el crecimiento económico del país. El apunte contable del saneamiento se realizará en las cuentas consolidadas del grupo en el tercer trimestre de 2019.
Aunque tendrá impacto en el beneficio atribuido, no afectará a su resultado ordinario, al valor contable tangible por acción del grupo ni a sus compromisos con los clientes. Tampoco afectará a la ratio de capital CET1 de Banco Santander, puesto que los fondos de comercio están excluidos de su cálculo, a la generación de los flujos de caja ni a los objetivos a medio plazo anunciados en el Investor Day celebrado el pasado 3 de abril en Londres.
Por otro lado, el consejo de administración de Banco Santander ha aprobado este martes el primer dividendo con cargo a los resultados de 2019 por un importe total de 0,10 euros por acción, que se abonará íntegramente en efectivo a partir del próximo 1 de noviembre. El importe es igual al que se pagó hace un año entre agosto (0,065 euros) y noviembre (0,035 euros).
Como se anunció en 2018, desde este año los accionistas de la entidad recibirán el dividendo en dos pagos en lugar de los cuatro que percibían hasta ahora. El último día de negociación de la acción con derecho al cobro de dicho dividendo será el 29 de octubre y cotizará ya ex-dividendo el 30 de octubre.
Además, el consejo ha confirmado su intención de mantener un porcentaje del beneficio atribuido ordinario del 2019 que se dedica al dividendo ('payout') de entre el 40% y el 50%, y que la proporción del dividendo en efectivo sea al menos de la misma cuantía que el año pasado.
La presidenta de Banco Santander, Ana Botín, ha destacado que el dividendo anunciado hoy "es una muestra de la fortaleza y la resiliencia del modelo de negocio de Santander". "Pese a algunos factores adversos de mercado, especialmente en Reino Unido, nuestra diversificación única en Europa y América nos ha permitido lograr resultados predecibles, dar un dividendo por acción en efectivo sostenible, que ha crecido un 174% en los últimos cinco años, y obtener un aumento de los ingresos de clientes de más del 20% y del beneficio atribuido del 87%", ha apostillado.
"En los últimos cinco años, hemos incrementado el capital en un total de 25.000 millones de euros. Aunque las reformas que obligan a separar el negocio de banca minorista y el Brexit han afectado a la rentabilidad en Reino Unido, este mercado sigue siendo clave y estamos invirtiendo significativamente para mejorar nuestra posición competitiva y atender aún mejor a nuestros clientes", ha añadido.