En 2015, los principales líderes mundiales pactaron hacer lo posible para lograr un mundo más sostenible y próspero para todos en 2030, con metas tan ambiciosas como la erradicación de la pobreza. Para ello desarrollaron 17 objetivos de desarrollo sostenible y un plan para ponerlos en marcha. Entre ellos, está el cuidado del planeta con una especial mención al cambio climático: la "acción por el clima" es el objetivo número 13 de la lista. Porque según la ONU, entre 1880 y 2012, la temperatura media mundial aumentó 0,85 grados centígrados y si no se hace nada seguirá elevándose. Eso sí, afirman que con una implicación de todos, todavía es posible limitar el incremento, que el organismo achaca a la actividad humana, a dos grados centígrados por encima del nivel preindustrial.
(…) Tenemos a nuestro alcance soluciones viables para que los países puedan tener una actividad económica más sostenible y más respetuosa con el medio ambiente. El cambio de actitudes se acelera a medida que más personas están recurriendo a la energía renovable y a otras soluciones para reducir las emisiones y aumentar los esfuerzos de adaptación. Pero el cambio climático es un reto global que no respeta las fronteras nacionales. Es un problema que requiere que la comunidad internacional trabaje de forma coordinada y precisa para que los países en desarrollo avancen hacia una economía baja en carbono.
Una responsabilidad de ciudadanos, gobiernos y empresas
En esta agenda para "transformar el mundo", la ONU enfatiza que para alcanzar cada meta "todo el mundo tiene que hacer su parte: los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y personas como usted". Y, en efecto, desde entonces administraciones, empresas y particulares han emprendido medidas para alcanzar esta meta en el marco del plan global de la ONU para un desarrollo sostenible. Desde las estrategias a nivel estatal a los pequeños gestos cotidianos, como utilizar menos el coche, ahorrar energía o reducir residuos, todos podemos hacer algo para contribuir a reducir nuestra huella energética y a cuidar el medio ambiente. El papel de las empresas es especialmente relevante y así lo destaca la ONU, que subraya cómo muchas compañías están tomándose el desafío ambiental como "una oportunidad de mercado", aportando "soluciones climáticas mediante la innovación y las inversiones a largo plazo en eficiencia energética y en desarrollo con bajas emisiones de carbono". Entre las iniciativas que pueden adoptar, están:
- La mejora de la eficiencia energética, con bombillas LED, equipos que consuman menos...
- La reducción de la huella de carbono de sus productos, servicios y procesos, usando vehículos eléctricos, apoyando a proyectos que consiguen reabsorber CO2…
- El establecimiento de metas para reducir las emisiones de carbono, con planes específicos que impliquen a todos los trabajadores y medidas como garantizar que la energía provenga de fuentes renovables.
- Mayor inversión en productos innovadores e inclusivos, climáticamente inteligentes y de bajas emisiones, con especial atención al fomento de las oficinas eficientes cuidando el aislamiento exterior, la graduación automática de la iluminación, el gasto del agua…
- El refuerzo de la resiliencia en sus operaciones, las cadenas de suministro y las comunidades en las que operan, promoviendo el compromiso de la empresa con su entorno, fomentando su colaboración con otras empresas ambientalmente responsables y su implicación en proyectos sostenibles.
Con el énfasis puesto en la cooperación y el esfuerzo de todos, diversas instituciones también animan a las empresas a sumarse a iniciativas para compartir ideas sobre eficiencia energética. La ONU lanzó en 2007 la propuesta Cuidar el clima y desde el Ministerio para la Transición Energética español se anima a calcular la huella de carbono de empresas y organizaciones y a participar en proyectos de absorción de CO2. En el sector bancario, el Consejo de Estabilidad Financiera propuso en 2017 una serie de recomendaciones centradas en la política ambiental a las que se sumaron los consejos de la Comisión Europea para un sector financiero sostenible, todo ello con la vista puesta en el cumplimiento del Acuerdo de París, que prevé un 40% de disminución de emisiones en Europa en 2030.
Cuantas más empresas se involucren en iniciativas como éstas, mayores serán los beneficios para todos. Y es que, las empresas juegan un papel fundamental en la lucha por un mundo más sostenible porque su actividad repercute de forma directa en su entorno y en el desarrollo económico y social de la comunidad. Además, la ONU sostiene que el calentamiento global y la degradación medioambiental es una amenaza para el crecimiento económico, por lo que las empresas tienen que obligarse a ser conscientes de la importancia del desafío y convertirlo en una oportunidad para innovar.
El ejemplo de Banco Santander
Muchas empresas están tomando conciencia de ello y sumándose al reto: entre ellas está Banco Santander, que ha asumido estas propuestas para avanzar hacia un crecimiento inclusivo y sostenible y una economía baja en carbono sustentada por cuatro pilares:
- Financiación de energías renovables así como de empresas e infraestructuras verdes.
- Análisis de riesgos ambientales de todos los proyectos del banco.
- Reducción de la huella ambiental.
- Desarrollo de nuevas tecnologías, enfocadas a este objetivo.
La estrategia incluye el apoyo a los clientes en sus propios planes de transición hacia una economía verde. En 2018, Banco Santander destinó un total de 2.714 millones de euros en financiar proyectos verdes y sostenibles, con especial atención a los relacionados con las energías renovables. En los últimos diez años, el banco ha participado en 726 grandes proyectos vinculados a estas áreas que han supuesto una inversión total de 29.000 millones de euros, al tiempo que se reducían las inversiones en industrias vinculadas a combustibles fósiles. Santander también ha impulsado proyectos asociados a la agricultura sostenible con el fin de reducir el impacto de este sector en la emisión de gases de efecto invernadero y de favorecer iniciativas que preserven y respeten los recursos naturales, e iniciativas para el transporte bajo en emisiones en las grandes ciudades. En Londres, por ejemplo, el banco se ha convertido en el primero en financiar bicicletas eléctricas.
Banco Santander también está comprometido con la reducción de su propia huella medioambiental. En 2011, el grupo implantó unos estrictos criterios para aumentar la sostenibilidad y eficacia del banco para reducir al mínimo su impacto ambiental, y lanzó un ambicioso Plan de Eficiencia entre 2016 y 2018 con 250 iniciativas para ahorrar energía y reducir desperdicios y emisiones, que han logrado la reducción en un 9% del consumo eléctrico y las emisiones de gases con efecto invernadero y en un 26% del uso de papel. El nuevo Plan de Eficiencia 2019-2021 incluye nuevos retos, de los que los principales son:
- La eliminación de todos los plásticos innecesarios de un solo uso en las oficinas de Santander alrededor del mundo en 2021.
- Garantizar que el 60% de toda la electricidad consumida proceda de fuentes renovables en 2021 y que ese porcentaje ascienda al 100% en 2025 en todos los países donde sea posible comprobar el origen de la energía.
Además, Banco Santander también ha hecho público su compromiso tanto con el Acuerdo de París como con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, junto a 27 grandes bancos de todos los continentes. Con este propósito, Banco Santander ha definido diez metas de banca responsable hasta 2025 alineados con los objetivos de la ONU en los que se incluyen medidas para la transición hacia una economía verde. Entre sus propuestas están la movilización de 120.000 millones de euros de 2019 a 2025 y 220.000 millones entre 2019 y 2030 en financiación verde para ayudar a abordar el cambio climático y la promesa de reducir emisiones y la huella medioambiental, con el compromiso ya mencionado de que en 2025 el 100% de la electricidad que utilice el banco provenga de fuentes renovables.
Banco Santander, junto con más de 125 bancos, firma los principios de Banca Responsable para contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, en su compromiso por un futuro sostenible e inclusivo.
Descubre con nosotros más historias que impulsan el futuro.