Desde su llegada al poder a comienzos de 2019, el popular Juan Manuel Moreno ha defendido que la Junta de Andalucía debía asumir un giro de ciento ochenta grados en su política tributaria. Tras décadas de impuestos altos, Moreno propuso una rebaja impositiva volcada en devolver recursos a los contribuyentes. El presidente andaluz apuntó, además, que el aumento de la actividad facilitado por las reformas liberales terminaría beneficiando a las arcas públicas, generando más recaudación a través del aumento del crecimiento y del empleo.
Desde la oposición, la ex presidenta socialista Susana Díaz alertaba de que dicho cambio implicaba perder recursos para financiar la educación o la salud. Lo mismo defendían desde Podemos, acusando al nuevo gabinete autonómico de poner en peligro la financiación de los servicios básicos dependientes de la Junta.
Un trimestre después de la toma de posesión, el presupuesto acordado por los azules con Ciudadanos y Vox confirmó el cambio de rumbo de la política fiscal andaluza. La luz verde que otorgó la mayoría parlamentaria a las cuentas elaboradas por el Ejecutivo autonómico en colaboración con sus socios naranjas y verdes hacía posible la "basada masiva de impuestos" que prometió Moreno y que incluyó el recorte de IRPF, la bonificación al 99% de Sucesiones y Donaciones o la ampliación de la tarifa plana para autónomos.
Más ingresos fiscales
Ahora que el año está más avanzado, las cifras de recaudación se convierten en la prueba del algodón que quita o da razones a unos y otros. ¿Se ha producido el efecto lafferiano que preconizaba Moreno? ¿O se han cumplido las advertencias de PSOE y Podemos, que alertaban de un desplome recaudatorio?
La respuesta está en los datos de la Agencia Tributaria, divulgados esta semana por el consejero de Hacienda de la Junta andaluza, Juan Bravo. De acuerdo con la estadística oficial, Hacienda ha recaudado un 7% más entre los meses de enero y agosto, lo que supone un crecimiento de los ingresos muy superior al promedio nacional (en torno al 4%).
En términos netos, hay una caída del 19% en los ingresos generados por el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, puesto que la rebaja fiscal introducida en dicho gravamen es especialmente ambiciosa, al contemplar una bonificación al 99% para las transmisiones realizadas entre abuelos, hijos y nietos.
Sin embargo, la principal figura de la fiscalidad autonómica, el Impuesto sobre la Renta, experimenta un aumento recaudatorio del 9%. La mejora de los salarios y el aumento de la ocupación han favorecido que el monto total ingresado por este concepto mejore con fuerza en los ocho primeros meses del año.
Nueva rebaja en 2020
El buen desempeño de los ingresos ha animado al Gobierno andaluz a confirmar la aprobación de una nueva rebaja de impuestos en el año 2020. El Ejecutivo autonómico, que ya trabaja en las cuentas para el próximo año, se verá obligado a asumir compromisos de calado, puesto que Vox, socio parlamentario de PP y Cs, criticó la insuficiencia de las rebajas fiscales de 2019 y exigió el refuerzo de dichas medidas en los presupuestos de 2020.