Más Madera. El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, concluyó ayer jueves su penúltima reunión como banquero central antes de dejar el cargo. Y lo hizo sacando buena parte de la artillería en una las mayores citas del año debido a la repercusión que tendrán sus políticas ante el incierto panorama que atraviesa la economía europea.
Con un Consejo de Gobierno totalmente dividido entre los halcones, los banqueros más disciplinados, y las palomas, los que sí apuestan por dar manga ancha en las políticas de estímulos, el italiano no lo tuvo fácil. En un lado estaban algunos como el presidente del banco central alemán (Bundesbank), Jens Weidmann, o la también alemana y miembro del Comité Ejecutivo, Sabine Lautenschlaege. En el otro, el vicepresidente Luis de Guindos (sentado ayer a la derecha de Draghi) y hasta el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.
Finalmente, el apodado Super Mario ha decidido recortar 10 puntos básicos la tasa de depósito, del -0,4% al -0,5%, que es lo que cobra el BCE a los bancos por tener aparcado su dinero. Aunque los mercados ya descontaban esta bajada, desde 2016, Draghi no tocaba este tipo que penaliza a los bancos. Para no perjudicar del todo a las entidades financieras, la institución con sede en Fráncfort ha anunciado que introducirá un "sistema de dos niveles para remunerar las reservas", lo que implica que los bancos no tendrán que pagar por parte del exceso de liquidez.
En su afán por situar a la inflación casi en el 2%, otra de las grandes medidas de la autoridad monetaria ha sido reanudar las compras netas de activos. Draghi regará el mercado con 20.000 millones de euros al mes a partir del 1 de noviembre. Y piensa hacerlo por un periodo indeterminado.
"El mercado es un 'yonki' y lo están dopando"
"Aumentar constantemente el exceso de liquidez del mercado me parece un completo disparate. Todos los días sobran entre 1,3 y 1,4 billones de euros porque el dinero no se transforma en créditos a las familias o empresas, y por eso, no sube la inflación. El dinero se queda en un circuito cerrado en el mercado monetario", explica el economista, Javier Santacruz. Para el experto, Draghi ha lanzado esta batería de medidas "para que sean atribuidas en su mandato y no en el de Lagarde". Christine Lagarde cogerá el testigo del italiano este año y también llevará por bandera el famoso lema whatever it takes (hacer lo que sea necesario) del italiano.
Santacruz no duda en criticar la senda expansiva de las políticas del BCE, que "dopan" artificialmente a Europa. "El mercado es un yonki que depende del dinero y está flotando porque lo están inundando de forma peligrosa", asegura.
Para el responsable de estrategias de inversión del BBVA y miembro de CFA Society Spain, Álvaro Manteca, Draghi "se va con la traca final". El banquero ha anunciado "innovaciones que no se habían contemplado hasta ahora, como no ligar el programa de compra de deuda ni los tipos bajos a ninguna una fecha final. Lo ha anunciado sin calendario".
Eso sí, el BCE ha decidido no gastar su última bala dejando como están los tipos de interés de referencia. Estos se sitúan en el mínimo histórico del 0% e influyen directamente en otros índices que afectan a los consumidores, como el interés que ofrecen los bancos por los depósitos de los ahorradores o el euríbor, que también está en mínimos históricos. Santacruz tiene claro que será Christine Lagarde la que acabe poniendo los tipos por debajo de 0. "Ella es más radical que Draghi, ya ha dicho que no hay que tenerle miedo a los tipos negativos", apunta.
¿Hipotecas al 0%?
En lo que al consumidor se refiere, de cara al futuro, el economista vaticina que los clientes "podrán endeudarse gratis y habrá hipotecas al 0%". Que los bancos empiecen a cobrar a los ahorradores por los depósitos es una posibilidad que está en el aire desde hace un tiempo y, aunque la banca española lo ha descartado en reiteradas ocasiones, ya cobra a las empresas no financieras por ello. El responsable de estrategias de inversión del BBVA advierte que "el panorama no pinta bien para la banca" y más teniendo en cuenta que "Draghi ha recordado que no está en su mandato proteger los beneficios de los bancos".
En el cierre de sesión de ayer, los bancos recibieron de forma diferente el paquete de estímulos reaccionando de manera dispar en bolsa. Así, Bankia (-1,73%), Banco Sabadell (-1,09%) y CaixaBank (-0,92%) terminaron en terreno negativo, si bien BBVA (+1,12%), Bankinter (+0,47%) y Banco Santander (+0,47%), concluyeron el día con ganancias. "En cierto modo sorprende la reacción de negativa de los bancos, ya que era de esperar un recorte de la tasa depósito hasta el -0,50%. Además, ha tenido un gesto con ellos al modificar al alargar la finalización del TLTRO para facilitarles aún más la financiación en buenas condiciones para que aumenten su crédito a empresas y particulares", señala el analista de Self Bank, Felipe López-Gálvez.
Manteca añade que ahora también se presenta un futuro incierto para los ahorradores "que tendrán que rentabilizar su patrimonio con más riesgo cada vez", ante los inexistentes intereses de los depósitos que les ofrecen sus cuentas. Para el experto, "relanzar la economía y la actividad económica es lo fundamental, y estas políticas no lo están consiguiendo".
Draghi también ha aprovechado su comparecencia para mandar un mensaje a los países que tienen más margen para hacer estímulos fiscales, como Alemania, y evitar la recesión. "Es interesante el recado que le ha dejado a los diferentes gobiernos de los países de la zona euro afirmando que, en esta situación, es más importante la política fiscal que la monetaria. Les ha recordado que la política monetaria implementada en el pasado no fue más efectiva por la ausencia de reformas y de medidas de política fiscal. En este sentido, recomienda a los países con margen para establecer estímulos fiscales, de aplicarlos en clara alusión a Alemania, que lleva años de superávit fiscal y su deuda sobre PIB supera por poco el 60%", comenta López-Gálvez. Para los que no se lo pueden permitir, el italiano ha pedido más reformas. En España, la deuda pública ronda el 100% y en Italia, el 130% del PIB.