La contaminación acústica es el siguiente enemigo que Francia quiere combatir y planea hacerlo mediante radares. Un pueblo parisino llamado Villeneuve-le-Roi de 20.000 habitantes ya ha instalado este tipo de detectores para medir el nivel de ruido que los vehículos emiten. Aunque eso sí, por el momento no pueden denunciar a los coches y motos ruidosos ya que no hay una normativa aprobada que permita esta sanción. Pero, tal y como señala Reuters, esta ley podría aprobarse pronto.
Didier Gonzales, alcalde del municipio, ha señalado que "el ruido es la ruina de la vida moderna y un problema importante de salud. Daña a las personas como ser fumador pasivo". Por eso, su localidad pretende sancionar a aquellos coches de alta gama, a las motos Harley Davidson o a los vehículos que circulan sin silenciadores o con la música demasiado alta.
Los encargados de desarrollar este dispositivo ha sido Bruitparif, una organización ambientalista sin ánimo de lucro de la que forma parte el propio alcalde de la villa francesa. Estos radares están equipados con cuatro micrófonos que miden los niveles acústicos continuamente. Además, para poder denunciar a los coches y motos ruidosos, el aparato dispone de una cámara de 360 grados.
La organización ya ha instalado 40 dispositivos en diferencias zonas de París para probar y testear su funcionamiento. Aunque, por el momento no han servido para sancionar a ningún conductor ya que la normativa está a la espera de aprobarse. Pero, diversos pueblos de parís como Saint-Forget también pretende sumarse a esta iniciativa e instalar estos radares acústicos.
Durante el mes de septiembre se instalarán dos radares más en el centro de París para seguir testeando su funcionamiento y medir la contaminación acústica de la capital gala. Esto responde a los planes del Gobierno central, que quiere probar los radares durante dos años y después instalar un sistema de multas a los vehículos más ruidosos.
En España también hay
En nuestro país ya se ha anunciado la instalación del primer radar de ruido en la C-31, una carretera catalana. El radar se comportará como uno normal multando los excesos de velocidad, pero irá equipado para comenzar a medir los niveles de ruido. El problema que existe en España es que los límites de la contaminación acústica son establecidos por cada ayuntamiento. Esto supone que las multas variarían en función del pueblo y de la ciudad por la que se circule.