El consejo de ministros alemán aprobó este miércoles la eliminación para la gran mayoría de los contribuyentes del "impuesto de solidaridad" que pagaban desde 1991 los ciudadanos del oeste para sufragar los costes de la reunificación.
El proyecto de ley prevé que a partir de 2021 dejen de pagar este impuesto (que supone el 5,5 % del impuesto sobre la renta y del impuesto de sociedades) el 90 % de los contribuyentes germano-occidentales con menos ingresos. Para el siguiente 6,5 % se reducirá parcialmente la carga y el 3,5 % con más ingresos seguirá pagándolo íntegramente.
La descarga global para los contribuyentes es de unos 10.000 millones de euros al año, según las estimaciones del Ministerio de Finanzas para los ejercicios 2021-2024. Para el Estado esto supone prescindir anualmente de hasta 20.000 millones de euros al año, de acuerdo con los presupuestos de los tres últimos años.
"Hoy es un día significativo en el camino hacia la culminación de la reunificación", aseguró en un comunicado el ministro de Finanzas, el socialdemócrata Olaf Scholz, gran impulsor de esta medida que ha sido recibida con recelos tanto dentro como fuera de la gran coalición.
A su juicio, los costes de la reunificación ya se han saldado "en gran parte". Los restantes los aportarán "los que tienen más que otros", algo que es "justo" y que "superará el análisis constitucional", agregó Scholz en respuesta a los críticos que dudan de la legalidad de su reforma (por romper el principio de igualdad).
El Gobierno alemán encuadra esta medida dentro de su "estrategia general para unas políticas fiscal y presupuestaria que promuevan la justicia social y el crecimiento". La decisión de acabar con el impuesto de solidaridad, incluida en el acuerdo de coalición firmado a principios de 2018, llega una semana después de que se anunciase que el producto interior bruto (PIB) alemán se contrajo un 0,1 % en el segundo trimestre.