Si hablamos de vivienda, España es ante todo un país de propietarios. Sin embargo, no podemos ignorar que el 23% de la población vive en régimen de alquiler y que dicho segmento del mercado ha experimentado un encarecimiento muy acelerado en los últimos. Dicha subida de precios ha motivado un intenso debate sobre las medidas que deben tomarse para revertir la tendencia, pero el grueso de los planteamientos que se han barajado en nuestro país pasan por abordar el tema a base de subsidiar la demanda, con ayudas que buscan compensar el desembolso asumido por quienes viven de alquiler.
De momento, los datos muestran que estas políticas han fracasado, por lo que el interés en las soluciones de oferta ha ido a más en las últimas semanas, especialmente después de que el Ayuntamiento de Madrid se haya mostrado partidario de desbloquear diversos proyectos urbanísticos que pueden sacar al mercado más de 160.000 nuevas viviendas.
Mientras se concretan estos planes, la mirada empieza a girar hacia aquellos países que han ensayado políticas similares. Quizá el mejor ejemplo es el de Sídney, cuya agresiva apuesta por aumentar la oferta de vivienda ha sido destacada por El Confidencial a raíz de un interesante trabajo de Jaime Luque, co-autor del libro Affordable Housing Development (Springer).
El éxito de Sídney
En su ensayo, Luque destaca el fuerte impulso de la inversión privada orientada a sacar vivienda de alquiler al mercado. Su estudio centra el tiro en Sídney, donde el parque de pisos para el arriendo se ha duplicado en los dos últimos años, con quince barrios en los que la cifra total de unidades disponibles se ha multiplicado por tres.
Parte de estos desarrollos se han levantado en antiguos edificios de oficinas y otros inmuebles de uso comercial, mientras que otra fracción significativa viene de promociones de obra nueva. Solo en el año 2018 salieron al mercado 44.000 viviendas adicionales, cifra que supone un crecimiento interanual del 23%.
Según las cifras de la industria inmobiliaria, los precios del alquiler en Sídney subieron con fuerza durante doce años, pero empezaron a bajar el pasado año, con un descenso medio del 9%. En el primer trimestre de 2019 se ha mantenido la tendencia y el coste de arrendar sigue experimentando presiones bajistas que juegan a favor de los arrendadores. De hecho, la tendencia es tan acusada que alquilar en Sídney ya es más barato que en Canberra.