¿Recesión global a la vista? Esto es lo que empiezan a descontar algunos analistas e inversores, después de que EEUU y China, las dos grandes potencias del planeta, hayan recrudecido su particular guerra comercial en los últimos días. La tensión se ha instalado en los mercados, y prueba de ello es que el dinero huye hacia activos refugio como la deuda pública, el oro e incluso el bitcoin.
El miedo no es otro que el inicio de una nueva recesión a nivel global. Y es que, pese a que las previsiones oficiales estiman un avance del PIB mundial próximo al 3%, ya existen algunos indicadores preocupantes. El índice global de manufacturas ha entrado en terreno negativo, y la imposición de nuevos aranceles por parte de EEUU a las importaciones chinas tan sólo agravarán la caída.
Valga como ejemplo las dificultades que atraviesa la todopoderosa industria alemana, volcada en las exportaciones. La producción industrial de Alemania registró el pasado mes de junio una caída del 5,2% interanual, empeorando el descenso del 4,4% observado en mayo, su mayor retroceso desde finales de 2009, constatando así el frenazo de la locomotora europea. Esta caída anticipa una contracción del PIB alemán en el segundo trimestre del año.
"Calificaríamos el informe de producción industrial como devastador, sin un lado positivo", señala Carsten Brzeski, economista jefe de ING Alemania, para quien los datos muestran la necesidad de prepararse "para la contracción de la economía alemana en el segundo trimestre, a menos que las exportaciones traigan una sorpresa inesperada". Nada apunta a lo contrario. De hecho, la reciente devaluación del yuan por parte de China, ideada para contrarrestar el aumento de los aranceles por parte de EEUU -devaluar abarata las ventas chinas-, se traduce en una pérdida de poder adquisitivo a nivel interno, encareciendo con ello las exportaciones norteamericanas y europeas al gigante asiático. Todo ello afectará a la industria global y, en especial, a la alemana.
"La continua caída en la producción alemana es aterradora", afirma el economista de Bankhaus Lampe, Alexander Krueger. China y EEUU son importantes destinos de exportación para las empresas alemanas, lo que significa que la disputa arancelaria entre las dos economías más grandes del mundo también está teniendo un impacto desproporcionado en Alemania. "Cuanto más tiempo continúe esto, más probable es que otros sectores de la economía se vean arrastrados. Es posible que las previsiones de crecimiento para Alemania se recorten aún más", advierte Krueger.
Las advertencias de Morgan y Pimco
"Si EEUU aumenta los aranceles sobre todos los bienes importados de China al 25% durante 4 a 6 meses y China toma contramedidas, veremos a la economía global entrar en recesión en los próximos tres trimestres", según alerta el banco de inversión Morgan Stanley. "Las tensiones comerciales han llevado la confianza corporativa y el crecimiento global a mínimos de varios años. Los aranceles anunciados el 1 de agosto aumentan significativamente los riesgos a la baja", añade. Por su parte, el analista de Pimco Joachim Fels, la mayor gestora de deuda pública del mundo, indica que "no veo acuerdo entre EEUU y China, pero sí una recesión global".