Unión Sindical Obrera (USO) y el sindicato de tripulantes de cabina de pasajeros de líneas aéreas (Sitpla) han anunciado una convocatoria de huelga en Ryanair después de que la aerolínea les haya informado de su intención de cerrar sus bases en Las Palmas y Tenerife el próximo 8 de enero, así como el posible cierre de la de Gerona y despidos en general.
Los sindicatos y la empresa se han reunido este miércoles en el Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA) para la constitución de la mesa negociadora del convenio colectivo, tras lo que los representantes de Ryanair han solicitado un segundo encuentro, ya sin mediación, para anunciar estos recortes. Por ello, ambos sindicatos han anunciado una huelga "contra el comportamiento abusivo de esta compañía", tal y como ha indicado el secretario general de USO-Ryanair, Gustavo Silva. La huelga aún no tiene fecha, pero según los plazos de la legislación española tendrá que ser en septiembre. El sindicato de TCP portugués también ha informado de la intención de Ryanair de cerrar la base de Faro.
Por su parte, la British Airline Pilots Association (Balpa), sindicato que defiende los intereses de los pilotos británicos de Ryanair, ha convocado jornadas de huelga para el 22 y 23 de agosto y entre el 2 y el 4 de septiembre. Las tensiones entre Ryanair y los pilotos se basan en las reclamaciones de estos sobre las pensiones, la pérdida del seguro de licencia, las bajas por maternidad y una nueva estructura salarial, cuestiones en las que no han logrado acuerdo con la empresa, que "no ha presentado ninguna oferta", según ha indicado Balpa en un comunicado.
El proceso de votación de la huelga ha terminado este miércoles con el respaldo del 80% de los votos. El secretario general del sindicato ha señalado que no han recibido ninguna oferta formal por parte de Ryanair y es "imperativo" que se pueda resolver este conflicto "para evitar la huelga", ya que "ningún piloto quiere arruinar los planes de viaje del público", aunque en este momento "no tienen elección".
Balpa fue el primer sindicato reconocido por la aerolínea a principios de 2018. Durante el pasado año, la compañía de bajo coste irlandesa sufrió una oleada de huelgas en los distintos países en los que opera, entre ellos España, lo que ha contribuido a que sus beneficios anuales sean los más bajos en los últimos cuatro años. Ryanair ha apaciguado las tensiones con los diferentes sindicatos europeos a través de acuerdos sobre salarios y condiciones laborales, pero no ha ampliado su acuerdo con Balpa más allá de reconocerlo como sindicato.