Harland and Wolff, el astillero de Belfast que construyó el Titanic, entra en situación de quiebra, después de que su matriz noruega cayese en bancarrota y fracasara en la búsqueda de un comprador. El astillero, cuyas grúas amarillas dominan el horizonte de la ciudad de Irlanda del Norte, ha sido ocupado por trabajadores temerosos de perder sus puestos de trabajos desde la semana pasada, informa Reuters.
El astillero fue puesto a la venta el año pasado por la matriz noruega Dolphin Drilling, que se declaró en quiebra en junio. Inaugurado en 1861, Harland and Wolff empleó a más de 30.000 personas en sus días de gloria durante la Segunda Guerra Mundial y sigue siendo un potente símbolo del pasado de Belfast como motor industrial del imperio británico. Actualmente, emplea a solo 130 personas, especialistas en ingeniería y marina.
Si bien poner a la empresa bajo protección por quiebra pone en riesgo los empleos, no necesariamente llevaría a un cierre del astillero. Parte de sus terrenos han sido vendidos y albergan un museo dedicado al Titanic, la mayor embarcación de su tiempo que se hundió en su viaje inaugural 1912 causando la muerte de 1.500 personas.