El Campus de Verano que organiza cada año la Fundación Faes contó en su última edición con la participación del destacado economista Gregorio Izquierdo. Durante su intervención, el ex presidente del Instituto Nacional de Estadística afirmó que el peso del gasto público en España es mayor al promedio europeo si tenemos en cuenta el nivel de renta de los distintos países del Viejo Continente.
El ahora director del Instituto de Estudios Económicos explicó que "el peso del gasto público en España está en el 41% del PIB. Como la media europea ronda el 45% del PIB, se dice que hay margen para aumentar los impuestos y elevar el peso del Estado. Sin embargo, antes de lanzar este tipo de proclamas, hay que ajustar los datos y tener en cuenta cuestiones, como por ejemplo la renta media de los españoles y los europeos".
En esta línea, el profesor titular de Economía Aplicada en la UNED explicó que, "si hacemos esa corrección y tenemos en cuenta el nivel de ingresos de los ciudadanos, podemos hablar de forma más certera sobre estas cuestiones, con datos más homogéneos. Y el resultado de esta corrección es esclarecedor, porque con este enfoque encontramos que el gasto público en Europa supondría el 38% del PIB, tres puntos por debajo del 41% que tenemos en España. Este diferencial es aún mayor si consideramos otros aspectos como la demografía o la economía sumergida".
"Por lo tanto, los datos ofrecen una realidad discrepante con la corriente dominante. En España sí tenemos un gasto público elevado que supera el promedio europeo. Además, el hecho de compararnos con la UE tiene relevancia, porque hablamos de los países con mayor gasto público del mundo. De hecho, la brecha es aún mayor si nos fijamos en la OCDE, que son los mercados con los que competimos y tienen niveles menores de gasto", explicó el ponente.
Izquierdo, que acaba de ser nombrado director del IEE, el think tank de la CEOE, recalcó que el debate sobre el gasto público "tiene que centrarse en ponderar si es necesario y eficiente, pero también debe abordar la cuestión de la suficiencia. En este sentido, no parece adecuado que el nivel actual de gasto se financie con cargo al déficit, porque eso implica que gastamos por encima de nuestras posibilidades, como bien refleja el aumento de la deuda observado en los últimos años".
Desglosando las partidas de gasto, Izquierdo pidió un debate serio sobre la evolución de los presupuestos del Estado del Bienestar. "Si hablamos de protección social, vemos una caída en el gasto… pero también un descenso del paro que explica esos menores desembolsos. Si comparamos el gasto en educación y sanidad con el PIB, hay cierto descenso, pero tenemos que matizar esta cuestión. Así, a la hora de hablar del gasto en educación, siempre se obvia que hoy tenemos menos población en edad de formación, por lo tanto la caída se explica por la variable demográfica. Y, en clave sanitaria, la reducción ha sido relativamente pequeña. Por otra parte, si en vez de comparar el gasto con el PIB nos centramos en medir el gasto en términos absolutos, lo que nos encontramos es que hoy gastamos más en educación y sanidad que en 2008. Esto quiere decir que el gasto en estas partidas aumenta, solo que menos de lo que lo hace el PIB, de ahí su menor peso relativo", explicó.
El ex presidente del INE pasó después a hablar de impuestos. "Hay que poner el foco en la competitividad que nos puede ofrecer un sistema fiscal bien diseñado. Aspirar a la armonización recaudatoria con Europa es negativo, porque eso te sitúa en la media y no en las mejores prácticas, que son las que deberíamos adoptar para ofrecer a las empresas un mejor entorno en el que invertir, crecer, crear empleo y generar riqueza", apuntó.
Izquierdo reivindicó un análisis más complejo de los indicadores referidos al peso de los impuestos. "Igual que ajustando el gasto a la renta vemos que el tamaño del Estado en España es mayor que en Europa, también el análisis de los ingresos que genera el sistema tributario tiene que tener en cuenta otros factores. Por ejemplo, si ajustamos los datos para considerar la economía sumergida vemos que nuestros mayores niveles de fraude sesgan a la baja la recaudación total, pero elevan el peso de los impuestos sobre esa mayoría de españoles que sí paga impuestos y opera conforme a la ley. Por otro lado, el cálculo de la presión fiscal debe considerar la renta media. Ese cálculo, conocido como análisis de esfuerzo fiscal, también nos deja por encima de la media europea. Y no me olvido de otro indicador que es la presión fiscal normativa, es decir, el estudio de los tipos de referencia de los distintos impuestos. Desde ese enfoque, podemos comprobar que muchos de nuestros gravámenes tienen tarifas mayores que en el resto de Europa", señaló.
Por último, el economista lamentó que se propaguen mitos sobre la aportación fiscal de las empresas: "El 2% de las empresas que presentan beneficios aportan el 80% del Impuesto de Sociedades. Además, el tipo medio que pagan las grandes empresas, después de descontar las deducciones, está por encima del 20% y, en el caso del Ibex 35, por encima del 25%. Si esto fuese un paraíso fiscal, las empresas de toda Europa estarían aterrizando en España sin dudarlo, pero los datos nos dicen algo muy distinto".