La Operación Chamartín ya es una realidad. El pasado 29 de julio, el Pleno del Ayuntamiento de Madrid sacó adelante la aprobación provisional de la Modificación del Plan General de la capital española, último trámite pendiente para desbloquear la transformación de la Castellana Norte de la mano de un proyecto impulsado por BBVA y San José.
El proyecto, formalmente conocido como Madrid Nuevo Norte, supondrá una importante inyección para las arcas públicas. Para ser precisos, los promotores de la iniciativa creen que las distintas capas de la Administración se van a embolsar una cifra superior a 1.300 millones de euros, en términos netos.
La Operación Chamartín, que levantará 10.500 viviendas en la Villa y Corte, exige un gasto de 2.452 millones de euros por parte de las distintas Administraciones implicadas en el proyecto. Sin embargo, la reconversión urbanística generará también la entrada de 3.762 millones de euros por la vía de los ingresos fiscales.
Si tomamos como referencia el monto total de ingresos brutos que van a anotarse las Administraciones, encontramos que cerca del 50% terminará en la caja del gobierno central, que se llevará 1.700 millones de euros. El Ayuntamiento de Madrid recaudará 1.500 millones gracias al proyecto, mientras que la Comunidad sumará 560 millones a su cuenta.
Creación de empleo
Las tareas de construcción del nuevo espacio van a generar 63.000 empleos directos. Además, el número de asalariados subirá en 31.000 personas por la vía indirecta y en 23.000 efectivos debido al impacto inducido por el proyecto. En total, la fase de desarrollo va a reducir las listas del paro en 117.792 personas, según los datos que manejan los promotores.
A medio y largo plazo, la idea es que se creen 95.000 empleos permanentes en Madrid Nuevo Norte. A esta cifra hay que sumarle unos 27.000 habitantes repartidos por las 10.500 nuevas viviendas que van a salir al mercado. Un cuarto de dichas residencias tendrán algún tipo de protección pública, según lo aprobado en el Pleno del municipio.