Malos tiempos para la industria española. Según los datos que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística, la variación mensual de la cifra de negocios del sector viene de experimentar un retroceso del -0,4%, lejos de la subida del 1,6% que se produjo en mayo de 2017 o del crecimiento del 1,2% observado en el quinto mes de 2018.
Cuando se estudia la evolución a largo plazo de este indicador, la tendencia a la baja resulta más que evidente. En los cinco primeros meses de 2018, la cifra de negocios de la industria subió a tasas interanuales de entre el 3,9% y el 5,5%, descontando el efecto estacional y de calendario. Entre enero y mayo de 2019, los aumentos interanuales oscilan entre el 0,8% y el 3,5%.
El mercado interior muestra síntomas de agotamiento y aporta un magro crecimiento del 0,4% anual. Por su parte, las ventas al exterior suben en la Eurozona (3% más) pero caen en el resto de mercados (1,6% menos). En cuanto a los epígrafes de producción, la subida es especialmente pronunciada en la energía, que baja un 2,3%.
Pero las malas noticias no solo tienen que ver con la cifra de negocios, sino también con la entrada de pedidos. En mayo de 2017, las fábricas españolas experimentaron un repunte del 2,3% en este indicador. Un año después, en 2018, la entrada de pedidos aumentó aún más, a un ritmo del 5,3%. Sin embargo, la tendencia se ha roto este 2019, con una caída del 9,1%.
Aunque el desplome en el número de pedidos que llegan a la industria española ha sido generalizado, hay diferencias notables por categorías. Los bienes de consumo no duraderos caen un 1,3%, mientras que los duraderos bajan un 1,4%. La energía sufre una caída del 2,6%, mientras que los bienes de equipo se desploman un 30,2%.
Por mercados, el tirón del mercado interior parece agotarse (baja un 0,4%), pero el grueso de la caída se explica por factores externos, puesto que la entrada de pedidos desde la Eurozona se reduce un 4,7%, siendo del 9,6% la caída observada en el resto de mercados foráneos. Por regiones, la industria de Madrid mejora su entrada de pedidos en un 9,1%, mientras que Andalucía ocupa el extremo opuesto, con una caída del 19,4%.