Desde el pasado 1 de enero, los promotores inmobiliarios que lancen promociones de obra nueva en Barcelona con una superficie mayor a 600 metros cuadrados se ven obligados a ceder el uso del 30% de los pisos construidos a los programas de vivienda protegida. Esta medida del Ayuntamiento de Ada Colau ha tenido como consecuencia una fuerte caída en el número de promociones iniciadas.
Las cifras son devastadoras. El último informe de coyuntura elaborado por la Asociación de Promotores de Cataluña (APCE) certifica que, en el primer trimestre de 2018, el número de obras iniciadas alcanzó las 730 viviendas, mientras que entre enero y marzo de 2019 se produjo un descenso del 60%, hasta las 270 unidades residenciales.
Para poner en perspectiva el desplome del mercado promotor motivado por el intervencionismo municipal, el informe de la APCE estudia cuántas promociones iniciadas en la provincia de Barcelona tienen como sede la capital. En 2018, la cuota alcanzada por la Ciudad Condal rondaba el 25%, mientras que en 2019 ni siquiera alcanza el 10%.
Ante el deterioro que confirman las cifras, la APCE ha incluido distintas advertencias en su último boletín de coyuntura. Los promotores denuncian "la aparición de medidas por parte de la Administración que penalizan a las empresas que tienen capacidad para aumentar la oferta de pisos. Esto supone un cambio de tendencia en la producción de vivienda y rompe con la línea al alza que se había registrado desde 2013".
La caída de la actividad en Barcelona termina lastrando las cifras de toda la región. Entre enero y marzo, la evolución de la obra nueva en Cataluña experimentó una corrección del 5%. Por comparación, la cifra para el conjunto de España arroja una subida del 23% durante el primer trimestre, hasta llegar a las 37.500 nuevas viviendas.
También se puede constatar el deterioro del mercado barcelonés en las cifras de compra-venta de vivienda nueva. Este indicador sube un 8% en Cataluña, marcadamente por debajo del aumento del 13% que se produce en toda España.