A comienzos de los 90, los canales especializados en información de actualidad empezaron a ganar peso en el espectro televisivo. Primero fue el auge de la CNN, al calor de su cobertura de la Guerra del Golfo, y tiempo después llegaron emisoras como Bloomberg y CNBC, de temática financiera, o Fox News, el bastión informativo de la derecha norteamericana.
La respuesta europea a esta explosión de canales informativos no surgió del sector privado, sino de distintas corporaciones públicas. Desde Reino Unido, BBC lanzó un canal especializado en noticias. Algo parecido hicieron las televisiones estatales de países como Francia (FTV) o Alemania (DW). Incluso en el caso de España se cultivó recientemente la idea de que la señal internacional de TVE adopte parcialmente este modelo de televisión.
Algunos de estos proyectos se han mantenido en pie, pero lo cierto es que su audiencia y su influencia siguen siendo muy moderadas en comparación con la penetración que tienen los gigantes estadounidenses del sector. Sin embargo, el fiasco más notable de todos es el del proyecto comunitario conocido como Euronews.
Dicho canal nace en 1993. La operativa inicial estaba radicada en Lion, pero algunos años después se abrieron nuevos estudios de grabación en Reino Unido y Bélgica. La formación de Euronews contó con el respaldo de ocho corporaciones públicas: la CYBC de Chipre, la FTV de Francia, la RAI de Italia, la RTBF de Bélgica, la RTP de Portugal, la RTVE española, y la YLE finlandesa. Además, su accionariado inicial contaba también con dos socios no comunitarios: la ERTU de Egipto y la TMC de Mónaco.
El canal de televisión contó con distintas inyecciones de capital privado: Alcatel, ITN… Más recientemente, entró en una alianza con la NBC, que compró el 25% del accionariado, y con Media Globe Networks, un conglomerado mediático de origen egipcio que se hizo con el 53% de los títulos de propiedad de la emisora.
Pero, más allá de estas operaciones, las cuentas de Euronews nunca han sido positivas. No en vano, la Corte de Auditores de la Unión Europea acaba de publicar un demoledor informe en el que denuncia la ingente cantidad de ayudas aportada por las instituciones comunitarias al canal televisivo.
Para ser precisos, la Comisión Europea ha transferido a Euronews más de 122 millones de euros entre los años 2014 y 2018. Pese a estas inyecciones de dinero público, la Corte de Auditores ha constatado que las emisiones del canal no son accesibles a buena parte de los ciudadanos europeos, puesto que Euronews suele distribuirse solamente mediante televisión de pago.
"La Comisión Europea debería revisar anualmente la eficiencia de estas ayudas, puesto que en la práctica hablamos de un volumen muy importante de recursos que se transfieren a una empresa de titularidad mayoritariamente privada. En el análisis realizado por la Corte de Auditores no se encuentra un criterio formal que identifique la necesidad de mantener estas ayudas", señala el informe del Tribunal de Cuentas comunitario.
Los datos de audiencia de Euronews no son para tirar cohetes. A diario, apenas 3,3 millones de personas contactan con la emisora, lo que supone el 0,6% de la población del Viejo Continente.