Desde el 1 de julio todos los coches eléctricos o híbridos que circulen por alguna carretera de un país miembro de la Unión Europea deberán hacerlo utilizando sistemas de aviso acústico (SAAV). Es decir, estos vehículos deberán emitir algún tipo de ruido para advertir de su presencia.
Esta medida ha entrado en vigor con la nueva normativa fijada por la Unión Europea, que busca reducir los accidentes causados por este tipo de vehículos. El número de atropellos a peatones ha aumentado debido a que los nuevos vehículos no emiten ruido alguno y no advierten de su presencia.
La normativa, que ya está en vigor, afectará, de momento, a los vehículos de nueva homologación. Sin embargo, antes del 1 de julio de 2021 todos los coches tanto híbridos como eléctricos deberán ir equipados con algún sistema que alerte de su presencia. Desde ahora y hasta dentro de dos años, los fabricantes deberán llamar a revisión a todos sus coches vendidos que actualmente circulan por las calzadas europeas para incorporarles el llamado SAAV.
Marcas como Jaguar o Nissan ya han comenzado a dar pasos en esta dirección. Por ejemplo, tal y como señalan en Motor Pasión, el SUV eléctrico I-Pace de Jaguar ya incluye este sistema de sonido. Además, Nissan ya fabrica sus coches con el sistema ‘Canto’, ya que en Japón llevan más años apostando por estas medidas para mejorar la seguridad vial.
Así funcionan estos sistemas
Los sistemas acústicos funcionan siempre y cuando el coche vaya a menos de 20 kilómetros por hora o esté circulando marcha atrás. Se entiende que cuando los vehículos eléctricos o híbridos van a más velocidad hacen el suficiente ruido como para ser detectados y alertar de su presencia. Por tanto, el sistema se activa cuando el coche circula a menos de 20 km/h y se desactiva cuando supera esa velocidad. El conductor no puede influir en el funcionamiento del sistema. Es decir, no podrá ni activarlo ni desactivarlo. El volumen, por su parte, deberá de ser superior a 56 decibelios e inferior a 75 decibelios.
Esta medida, aunque entendible, entre en contradicción con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según este organismo, el nivel de ruido debe ser de 53 decibelios durante el día y de 45 decibelios durante la noche para mantener una vida libre de contaminación acústica.