"Los pilares del futuro hay que levantarlos hoy". Con ese lema, el gobierno de izquierdas de Portugal ha presentado su Plan de Estabilidad Financiera 2019-2023, un documento estratégico remitido a Bruselas pero también a miles de inversores y analistas que miran con asombro la agenda pragmática y liberal del Ejecutivo que lidera António Costa.
El documento de marras señala que, en términos de caja, el gobierno luso tiene previsto alcanzar el superávit presupuestario a finales de 2019. Si se expresa la situación de las cuentas públicas en relación con el PIB, la previsión para este año apunta al -0,2%, de modo que en 2020 se abandonaría definitivamente el escenario de números rojos.
Desde el gobierno insisten en que la mejora fiscal es estructural. "Entre 2019 y 2023, tenemos previsto reducir la deuda pública por un monto de casi 20 puntos porcentuales del PIB. En consecuencia, el pasivo estatal bajará del 121,5% observado en 2018 al 99,6% del PIB esperado para 2023", explica en PEF de la Administración Costa.
Superávit en las cuentas públicas
Los socialistas heredaron un programa de austeridad implementado por el gobierno del conservador Pedro Passos Coelho, pero se comprometieron a respetar el grueso de las medidas de ajuste introducidas por la derecha. "El saldo estructural de nuestros presupuestos públicos ha mejorado en 0,7 puntos del PIB durante la presente legislatura. En 2023, la meta es añadir otros 0,8 puntos del PIB para consolidar un superávit en las cuentas de las Administraciones", señala el documento.
"El cuadro macroeconómico del resto de países de Occidente apunta que se está desarrollando una desaceleración cada vez más profunda. Por lo tanto, necesitamos apuntalar el superávit y evitar una situación de vulnerabilidad financiera ante una eventual crisis futura. La mejor forma de ser resistentes es tener las cuentas públicas en orden y no volver a entrar en el Protocolo de Déficit Excesivo que implica pasar a ser tuteado por Bruselas", explica el gobierno.