La histórica explosión demográfica que ha experimentado el mundo en los últimos tres siglos está llegando a su fin. Ésta, al menos, es la principal conclusión que arroja el último informe sobre las Perspectivas de la Población Mundial elaborado por la ONU. Los 7.700 millones de seres humanos que habitan el planeta en la actualidad crecerán hasta los 9.900 millones en 2050 para, finalmente, alcanzar su "punto máximo" a finales del presente siglo, con un total de 11.000 millones de personas.
A partir de ese momento, el crecimiento poblacional será prácticamente nulo, cerrándose así un ciclo demográfico inédito en la historia de la humanidad. No en vano, el mundo fue un páramo desde el punto de vista demográfico durante milenios, ya que el número de habitantes apenas avanzó a un ritmo del 0,4% interanual entre el año 10000 antes de Cristo y 1700, debido a la elevada mortalidad infantil y la reducida esperanza de vida, tal y como muestra el siguiente gráfico elaborado por Max Roser.
Sin embargo, a partir del siglo XVIII, coincidiendo con el nacimiento y expansión gradual del capitalismo, esta tasa empezó a crecer de forma muy sustancial, hasta alcanzar su máximo histórico en 1968, cuando la población mundial creció un 2,1% interanual. Desde entonces, sin embargo, este avance se ha ido frenando de forma paulatina hasta situarse ligeramente por encima del 1% actual. El pasado año nacieron un total de 140 millones de personas, mientras que murieron 58 millones, arrojando con ello un saldo positivo de 82 millones.
La cuestión es que este ritmo mantendrá su tendencia decreciente en las próximas décadas, de modo que la población mundial apenas crecerá un 0,1% en el año 2100, según las nuevas proyecciones de la ONU. La humanidad, por tanto, alcanzará su máximo tamaño al cierre del presente siglo. La población se ha multiplicado por más de doce desde 1700 y por ocho desde 1800. Tan sólo en el siglo XX se ha multiplicado por cuatro, mientras que en el presente siglo no llegará a duplicarse, con lo que concluirá un incremento demográfico que carece de precedentes.
A inicios del siglo XXII, el volumen de seres humanos se estabilizará e incluso podría empezar a decrecer. De hecho, no es un fenómeno nuevo a nivel local, ya que 27 países o áreas han experimentado una reducción poblacional del 1% o más desde 2010, mientras que en 2050 ya serán 55 países -en 26 de ellos la población caerá al menos un 10%-. En China, por ejemplo, la ONU proyecta una reducción de 31,4 millones de habitantes (-2,2%) hasta mediados de siglo.
Por otro lado, a nivel global, nueve países explicarán más de la mitad del crecimiento demográfico que registrará el planeta hasta 2050: India, Nigeria, Pakistán, República Democrática del Congo, Etiopía, Tanzania, Indonesia, Egipto y EEUU. India superará a China como el país más poblado del mundo alrededor de 2027, mientras que la población del África Subsahariana se duplicará. Por el contrario, las regiones que experimentarían un menor aumento poblacional durante este período son Europa y América del Norte (2%), junto con Asia oriental y suroriental (3%).
La razón de este frenazo demográfico radica en la menor tasa de fecundidad, ya que, si bien en 1990 el número de nacimientos por mujer se situaba en 3,2, en 2019 esta tasa ya bajó a 2,5 y se reducirá hasta 2,2 a la altura de 2050. A este respecto, cabe recordar que, suponiendo ausencia de migración, se necesita un nivel de fecundidad de 2,1 nacimientos por mujer para asegurar el reemplazo generacional y evitar descensos de la población a largo plazo.
La caída de la natalidad y el aumento de la esperanza de vida también se reflejan en un creciente envejecimiento de la población a nivel mundial. Para 2050, el 16% de la población global tendrá más de 65 años, frente al 9% actual. Esta evolución resultará especialmente notable en Europa y América del Norte, donde el 25% de las personas tendrá 65 años o más. Asimismo, en 2018, por primera vez en la historia, las personas de 65 años o más superaron en número a los niños menores de cinco años, y la ONU proyecta que la población con 80 años o más se triplicará, pasando de los 143 millones actuales a 426 millones a mitad de siglo.
Como consecuencia, también caerá a nivel mundial el número de personas en edad de trabajar en comparación con los mayores de 65 años. En Japón, esta tasa es hoy de 1,8, la más baja del mundo, mientras que otros 29 países, principalmente de Europa y el Caribe, presentan tasas inferiores a 3. Este estudio prevé que 48 países registrarán tasas inferiores a 2 en 2050, lo cual acabará generando graves tensiones en sus finanzas públicas debido al fuerte incremento del gasto asociado a la atención médica, las pensiones y la protección social de las personas mayores.