En plena burbuja inmobiliaria, el volumen de obra nueva autorizada en España creció con fuerza. En 2005, la subida fue del 89,8%, mientras que en 2006 se produjo un repunte del 40,1% y en 2007 se registró un crecimiento del 51,3%. Incluso en 2008, cuando la crisis ya empezaba a ser evidente, el número de visados aumentó un 41%.
El pinchazo empezó a quedar de manifiesto en 2009, cuando la subida interanual en el número de promociones fue del 11,4%. Pero dicha corrección fue apenas el comienzo y, desde 2010, el sector ha entrado en una prolongada depresión, con números rojos año tras año: -1,1% en 2010, -2,5% en 2011, -6,9% en 2012, -3,3% en 2013, -5% en 2014, -4,1% en 2015, -4,3% en 2016 y -3% en 2017.
En consecuencia, el abultado stock de obra nueva bajó de 650.000 residencias en 2009 a 475.000 en 2017. La última cifra publicada por Fomento apunta que el número actual ronda los 460.000 inmuebles, de manera que la oferta ha bajado un 30% durante la última década.
En la capital de España, la estrategia adoptada por el Ayuntamiento ha tenido consecuencias devastadoras. Manuela Carmena, la regidora saliente, apostó por "vetar" todo tipo de proyectos urbanísticos. Su gobierno retiró del mercado promociones que estaban a punto de echar a andar y que tienen el potencial de desarrollar un mínimo de 163.000 nuevos domicilios.
La más abultada de estas actuaciones es la que se concentra en las PAU del Sur de Madrid, donde las actuaciones planteadas en Ahijones, Los Cerros y Valdecarros pueden sacar al mercado más de 105.000 nuevas viviendas. A esta lista hay que sumarle el desarrollo de Los Berrocales, una iniciativa que ha estado bloqueada durante años y ofrece la posibilidad de desarrollar 22.000 nuevos pisos.
Quizá la actuación más esperada de todas es el proyecto Madrid Nuevo Norte, más conocido como Operación Chamartín. El desarrollo actual plantea un total de 10.000 viviendas, aunque la iniciativa original pasaba por la construcción de 17.000 nuevos pisos, de modo que el nuevo gobierno municipal tiene la oportunidad de recuperar los planes originales y añadir 7.000 residencias más a la promoción.
Hay, además, otras actuaciones de gran calado que llevan años en los cajones debido a la estrategia obstruccionista del gobierno de Carmena. En la Operación Campamento, por ejemplo, se llegó a plantear el desarrollo de 15.000 viviendas, si bien Carmena redujo la cifra a 12.000 antes de terminar desmarcándose del esfuerzo por desbloquear proyecto. Por otro lado, las promociones de diversas empresas en Valdebebas aspiran a construir más de 4.000 pisos.
En total, hablamos de 163.000 nuevos domicilios, un aumento más que necesario en una capital que lleva años lidiando con un grave problema de escasez de oferta inmobiliaria. No hay que olvidar que la población de la Villa y Corte ha subido de 3.141.991 a 3.223.334 habitantes entre 2015 y 2018, de modo que el aumento drástico del parque de viviendas se perfila como un reto de primer nivel para el nuevo gobierno municipal.