A lo largo de la legislatura que acaba de concluir, la tauromaquia sufrió duros ataques por parte de la izquierda radical y los movimientos animalistas. Sin embargo, la respuesta social ante dicha ofensiva ha sido contundente y la Feria de San Isidro que acaba de concluir se ha saldado con un fuerte aumento de público respecto al pasado año.
Si el ciclo de 2018 contó con 619.570 espectadores, el serial de 2019 se ha cerrado con 641.429, lo que representa un incremento del 3,5% y la mejor cifra en cinco años. En consecuencia, el número de espectadores que ha pasado por la plaza de toros de Las Ventas ha aumentado en 21.859 personas, dejando la asistencia media en 18.865 personas.
Teniendo en cuenta que el coso de la calle Alcalá tiene capacidad para 23.624 espectadores, estas cifras significan que ocho de cada diez asientos estuvieron ocupados durante los treinta y cuatro días de toros, que arrancaron el 14 de mayo y concluyeron el 16 de junio. Una cifra que confirma la buena salud de la Fiesta, precisamente ahora que los ataques contra la misma son más fuerzas.
Quince tardes de lleno
En total, quince de los espectáculos lograron un nivel de asistencia muy elevado (más del 90% de la plaza cubierta), mientras que ocho corridas agotaron el papel y colgaron el cartel de "no hay billetes". En total, la Feria habría generado alrededor de 19,2 millones de euros para la empresa gestora de Las Ventas, compuesta por el productor taurino Simón Casas y el empresario del sector turístico Rafael Garrido.
La UTE, denominada Plaza 1, cumple su tercer año de manejo de Las Ventas y ha venido facturando alrededor de 23 millones de euros, según datos comunicados por la Comunidad de Madrid. Este 2019, el aumento de público podría suponer una inyección importante para la empresa, puesto que el precio medio por entrada es de 30 euros y un repunte de asistencia de 22.000 espectadores implica 660.000 euros más de taquilla.
En clave económica, la Fiesta también se ha beneficiado de la rebaja del IVA soportado por los espectáculos culturales. Dicho gravamen pasó del 21% al 10% bajo gobierno de Mariano Rajoy, generando un ahorro notable para las empresas del sector.