El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) deliberará las "próximas semanas" sobre cómo adaptar en función de los riesgos para la estabilidad de precios los diferentes instrumentos a su disposición, incluyendo ajustes en la orientación a futuro de la entidad, así como bajadas de los tipos de interés o la reactivación del programa de compras, según ha indicado el presidente de la institución, Mario Draghi, quien considera que en ausencia de una mejora de las perspectivas "serán necesarios estímulos adicionales".
En este sentido, el presidente del BCE ha reconocido que la perspectiva de riesgos para la eurozona sigue inclinada a la baja y amenazas como el proteccionismo, los factores geopolíticos o las vulnerabilidades de economías emergentes "no se han disipado". "En ausencia de mejoras, de manera tal que el retorno sostenido de la inflación a nuestro objetivo se vea amenazado, se requerirán estímulos adicionales", ha defendido Draghi en su discurso inaugural del foro de bancos centrales que anualmente organiza el BCE en la localidad portuguesa de Sintra.
De este modo, el banquero italiano ha reiterado la disposición del órgano de Gobierno del BCE a ajustar su orientación de futuro sobre la política monetaria de la institución, así como a rebajar los tipos de interés, evaluando medidas para mitigar cualquier efecto colateral negativo, además de subrayar que el programa de compras netas de activos de la entidad "cuenta con un considerable margen".
Draghi, cuyo mandato al frente del BCE expira el próximo 31 de octubre, ha precisado que los límites aplicados sobre las diferentes herramientas son específicos respecto de las contingencias a abordar, por lo que ha subrayado que el BCE hará uso de toda la flexibilidad de su mandato para cumplirlo "y lo volverá a hacer para responder a cualquier reto futuro para la estabilidad de precios". En este sentido, rememorando sus palabras de 2014 en Ámsterdam, Draghi ha recordado que el BCE "no tiene tabúes" para recurrir a medidas no convencionales.