La industria de la automoción en España atraviesa un momento crítico. En plena guerra anticoche, los indicadores del negocio del sector no son nada alentadores. Los más preocupantes los ha recogido este martes el vicepresidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), Mario Armero, en las jornadas que organizan la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
Armero ha alertado de que las ventas de vehículos a particulares han caído un 11%. "Llevamos 8 meses con caídas de ventas. La industria del automóvil está en recesión", ha reconocido. "Algo está pasando en España que no está pasando en el mundo, aquí hay un componente adicional", ha apuntado.
Las restricciones a la circulación de vehículos en las principales ciudades, el cerco a las emisiones y la subida de impuestos al diésel que prepara el Gobierno de Pedro Sánchez son algunas de las medias que podrían están pasando factura a un sector que está viendo cómo se desangra su actividad.
"Ante las confusiones que hay en el sector, el conductor se compra un coche de segunda mano antes que uno nuevo", ha asegurado Armero. De hecho, "se están vendiendo más coches viejos que hace 20 años". Según Anfac, la edad media del parque de vehículos en España es de 13 años. "Un coche de hace 25 años debería achatarrarse. El gran problema de la contaminación de los coches es que los coches son muy antiguos", y no el diésel "porque un coche diésel contamina ahora mismo un 80% menos que otro diésel de hace 10 años", ha recordado.
No habrá "mejoría" en el futuro
En el conjunto del año, la caída de ventas de automóviles irá del 2,2% al 4%, y de cara al futuro, en el sector "no vemos mejoría", ha añadido el directivo de Anfac. De hecho, hasta los propios sindicatos del sector han alertado hace unos días de que se enfrentan a "un tsunami de despidos" ante esta crisis.
Para intentar explicar las malas cifras de la industria, Armero señaló a algunos factores demográficos, como el envejecimiento de la población, y a un cambio de hábitos entre un perfil de comprador "urbanita y millennial", que no quiere tener un vehículo en propiedad.
Sobre cómo influyeron en el negocio de la automoción las declaraciones de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, cuando aseguró que el diésel tenía "los días contados" en España, Armero ha reconocido que "no ayudaron", pero no fueron las únicas, ya que "otros cargos públicos estaban hablando contra el diésel", tanto en Bruselas como en nuestro país. Por ejemplo, el Gobierno regional de Baleares pretende prohibir los coches diésel a partir de 2025, algo que ha criticado Armero.
Aunque Armero ya descuenta que se va a producir la subida de los impuestos al diésel, que ha planteado el Gobierno de Pedro Sánchez con la excusa de igualarlos con los de la gasolina, desde Anfac, han intentado "tranquilizar" a los propietarios de vehículos diésel asegurando que "hoy por hoy no hay ninguna discriminación en contra del diésel respecto a la gasolina".
Ante la insistencia de las políticos por impulsar el coche eléctrico, Armero ha pedido al Gobierno que se marque objetivos "realistas" hasta llegar a la total descarbonización. "Y, si se van a restringir las ventas de coches de combustión, que se apoye la venta de coches eléctricos", quien ha clamado por un IVA reducido para incentivar las ventas de este tipo de vehículos.
Para entender la gravedad de la situación, hay que tener en cuenta que el sector del automóvil genera en nuestro país 2 millones de empleos (directos e indirectos) y representa al 10% del PIB.