Pedro Sánchez y su Gobierno están eufóricos con los últimos datos de paro registrado y afiliación a la Seguridad Social del mes de mayo, donde destacaban la bajada del paro en 84.075 personas y el aumento de afiliados a la Seguridad Social en 211.752 personas. Eufóricos hasta el punto de que llegaron a llamar la atención a Banco de España por la previsión de empleo expresada en los informes. Los datos de mayo de paro y afiliación que repite el Gobierno, mencionados antes, son, por supuesto, ciertos, pero Sánchez se olvida de decir varias cosas:
La práctica totalidad de la mejora en mayo, tanto en paro registrado como en afiliados a la Seguridad Social, se debe a la estacionalidad:
- Así, el dato de paro, al eliminar la estacionalidad, sólo baja en 20.073 personas en lugar de en 84.075.
- Sin la estacionalidad, el incremento de afiliados a la Seguridad Social se queda en 26.549 trabajadores en lugar de los 211.752 reseñados antes.
El descenso de paro es, junto con el de mayo de 2018 -cuando se produjo la moción de censura-, el menor desde 2012 en un mes de mayo.
El incremento de afiliados a la Seguridad Social es el menor desde 2016 en un mes de mayo.
Por otra parte, esconde que la contratación indefinida cae ya desde hace varios meses en tasa interanual.
Es más, mientras que en mayo de 2018, justo antes de que Sánchez llegase al Gobierno, la contratación indefinida crecía un 19,62% interanual, ahora cae un 7,96%, es decir, que con Sánchez en el Gobierno se ha deteriorado la evolución interanual de la calidad del empleo en 27,58 puntos porcentuales.
Y si comparamos, tanto en paro registrado como en afiliación a la Seguridad Social, la evolución del último trimestre completo de 2019 frente a trimestres anteriores, el deterioro del mercado laboral también se constata.
Así, caen los afiliados a la Seguridad Social en el primer trimestre de 2019 en referencia a la evolución del cuarto trimestre de 2018, que denota que el efecto de la parada económica está comenzando a llegar al mercado laboral. De esa manera, disminuyen en 70.505 afiliados. El efecto de la pérdida de casi 205.000 empleos en enero de 2019, motivado por el incremento del 22,3% del salario mínimo, tiene un gran impacto en dicha evolución.
Si comparamos la evolución del paro registrado en ese primer trimestre, el resultado también deja ver el peor comportamiento respecto a hace un año: el incremento del paro registrado en el primer trimestre de 2019 se multiplica por más de cinco respecto al mismo trimestre de 2018.
Pero, además, lo que el Gobierno de Sánchez ha querido obviar siempre es la evolución de la última Encuesta de Población Activa (EPA) publicada hasta el momento. En materia de empleo, la última EPA muestra cómo se destruye empleo: en el trimestre desciende el número de ocupados en 93.400 personas, con una línea de tendencia muy descendente desde que gobierna Sánchez. Mientras que en el último trimestre en el que gobernó el PP se crearon 469.900 empleos, ahora se destruyen esos casi 100.000 puestos de trabajo, todos, además, en el sector privado, ya que el sector público aumenta la contratación.
Especialmente fuerte es la destrucción de empleo en el sector servicios, donde desciende en 109.200 puestos de trabajo, así como entre los trabajadores nacionales, con 116.400 puestos de trabajo menos.
De la misma manera, el incremento del paro según la EPA es también notable en el primer trimestre de 2019, con 69.800 parados más en el sector servicios y 53.600 mujeres más en el paro.
Sánchez y su equipo intentan maquillar el efecto de los datos diciendo que en los últimos 12 meses se han creado 596.900 empleos y se ha reducido el paro en 441.900 personas. Esos datos son ciertos, pero lo que no dicen es que de todo el empleo creado en los últimos 12 meses, casi el 80% (469.900 empleos) se crearon en el único trimestre en el que gobernó el PP en estos 12 meses.
Tampoco dicen que casi el 70% (306.000 personas) de la bajada del paro se produjo en el único trimestre de estos 12 meses en el que gobernaron los populares.
El empleo actúa siempre como indicador retrasado, ya que las empresas aguardan a ver si se confirma la evolución económica antes de contratar cuando parece que empieza a repuntar la economía y antes de despedir cuando la economía da los primeros síntomas de desaceleración, pues todo ello implica altos costes y las empresas prefieren ser cautas. Sin embargo, en estos momentos, la incertidumbre de las políticas de Sánchez es tan alta que está afectando muy negativamente a las expectativas, hasta el punto de que la desaceleración, como vemos -aunque Sánchez prefiera no verlo-, ya se está trasladando al mercado de trabajo.