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Euroescépticos, ¿quiénes son y qué quieren?

Los partidos contra la UE y el euro ocuparán 240 escaños del Parlamento Europeo.

Los partidos contra la UE y el euro ocuparán 240 escaños del Parlamento Europeo.
Marine Le Pen, Nigel Farage y Matteo Salvini, | EFE/Wikipedia

El pasado domingo, junto a las elecciones autonómicas y municipales, se celebraron unos nuevos comicios europeos. Tal y como señalaban todas las encuestas, dichas elecciones se vieron marcadas por el triunfo del euroescepticismo, ya que, aunque los nacional-populistas ya tuviesen representación en el Parlamento Europeo, hasta ahora nunca habían tenido tanta fuerza, llegando incluso a ganar las elecciones europeas en países como Reino Unido, Francia o Italia.

Dicho auge del populismo nacionalista preocupa enormemente en Europa, pero mucha gente aún no conoce sus propuestas, y menos en el ámbito económico. Por ello, en este artículo repasaremos país por país cuáles son las principales aspiraciones y propuestas económicas de los partidos euroescépticos más relevantes.

En primer lugar, comenzamos por un clásico, Agrupación Nacional (Rassemblement National), que viene a ser el tradicional Frente Nacional, pero con un nuevo nombre, siendo esta una estrategia ideada por Marine Le Pen para tratar de alejar las connotaciones antisemitas y filofascistas que muchos franceses atribuyen a su padre, Jean Marie Le Pen. Marine Le Pen fue una de los dirigentes nacionalistas que logró ganar las elecciones europeas el pasado domingo. Agrupación Nacional logró el 24% del apoyo, por delante de En Marcha, el partido de Emmanuel Macron, que obtuvo el 21% de los votos. Los nacionalistas franceses lograron obtener una representación de 22 escaños en el Parlamento Europeo para la próxima legislatura.

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Respecto a su ideario económico a nivel nacional y europeo, cabe destacar algunas propuestas como el abandono total de la Unión Europea y el Mercado Único. Le Pen propone abandonar dicha institución, no solo para romper con todos y cada uno de los acuerdos de libre comercio multilateral firmados por la UE, sino para abandonar asimismo el Espacio Schengen y restablecer una política aduanera que limitase la inmigración legal a un máximo de 10.000 personas al año (punto 27 del programa). Además, en este mismo punto del ideario, Agrupación Nacional propone introducir un impuesto extraordinario a los trabajadores extranjeros, mermando así tanto la oferta como la demanda de la fuerza laboral extranjera en Francia.

Pero Le Pen, no satisfecha con abandonar la Unión Europea y el Espacio Schengen, reclama también recuperar la independencia y soberanía monetaria para Francia, lo que representa salir de la Eurozona y retornar al franco. El interés de la formación ultraderechista francesa es muy claro aquí, y no va más allá del deseo de poder manipular libremente los tipos de interés y la masa monetaria a nivel nacional, pretendiendo supuestamente obtener algún tipo de ventaja competitiva en el mercado internacional en términos de precio relativo de los bienes y servicios franceses, a la par que se desincentivarían las importaciones de productos extranjeros.

Asimismo, Le Pen demanda en el punto 43 de su programa una "monetización de la deuda y los déficits públicos", política similar al QE del BCE, pero a gran escala y a nivel doméstico. Cabe mencionar que ninguna de las propuestas de Le Pen en materia monetaria y comercial resultan novedosas, ya que se adscriben perfectamente a las teorías mercantilistas y al monetarismo keynesiano.

Por último, cabe resaltar algunas políticas proteccionistas más de Marine Le Pen, las cuales ella califica como "Proteccionismo inteligente" (punto 35 del programa), a través del cual demanda una mayor protección de las empresas francesas frente a la competencia exterior, haciendo especial hincapié en la protección de las cooperativas agrarias nacionales. La formación nacional-populista además trata de convencer a su electorado de lo beneficioso del proteccionismo comercial, cuando esta ha sido una de las ideologías económicas más desmentidas empíricamente a lo largo de la historia, frente al éxito del libre mercado y la inseparable libre circulación de bienes que dicha política conlleva.

Otro de los casos más destacados ha sido el de Italia, donde la ultraderechista Liga Norte se hizo con la victoria en los comicios del domingo, con un 31% del apoyo, logrando obtener 28 asientos en el PE. El partido de moda en Italia desarrolló una campaña centrada en los mensajes xenófobos, el conservadurismo social y el proteccionismo comercial.

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Repasando el programa electoral del partido de Salvini, hay algunas propuestas económicas que llaman la atención, sobre todo por su inviabilidad, oponiéndose todas ellas al libre mercado y al comercio internacional. La Liga Norte no va tan lejos como Le Pen, y no solicitan explícitamente la salida de la UE, pero si que demandan "examinar las competencias de la UE y devolver a los estados las que no sean gestionadas eficazmente a nivel de la Unión".

Entre estas competencias, la Liga Norte incluye la recuperación total por parte de los estados de la política arancelaria, para una vez más, introducir una mayor protección para los agricultores y manufactureras nacionales frente a la competencia extranjera. La formación ultraderechista italiana también solicita revisar y flexibilizar algunos acuerdos a nivel europeo como el Pacto de Estabilidad o Mecanismo Europeo de Estabilidad, el cual empleó como argumento la Comisión Europea para rechazar los presupuestos del Gobierno italiano el pasado octubre.

En último lugar, cabe destacar un caso muy llamativo de victoria euroescéptica en Europa. Hablamos de Reino Unido, donde el Partido del Brexit, de Nigel Farage, logró hacerse con la victoria en los comicios europeos de manera aplastante. La formación abiertamente anti-europea obtuvo el 33% de los votos, siendo un partido de nueva creación, que surgió hace escasos tres meses. El propio Nigel Farage ha admitido que "no existe absolutamente ninguna diferencia en términos programáticos e ideológicos entre el Brexit Party y UKIP". En este caso el partido ha sido creado única y exclusivamente para promover la salida del Reino Unido de la UE con la mayor celeridad posible.

Lo que llama la atención en este caso, es que al analizar su programa no encontramos ninguna medida de carácter intervencionista o proteccionista (valga la redundancia) en el apartado económico. El programa, que destaca por su brevedad e inexactitud; dicho sea de paso, aboga por "promover y respaldar a aquellos individuos que deseen mejorar su situación personal y facilitar las cosas a aquellos que deseen ser auto-suficientes, a la vez que se asegura una mínima red de protección para aquellas personas que verdaderamente lo necesitan, favoreciendo así la toma de decisiones y la responsabilidad del individuo […] buscamos reducir el tamaño del Estado y disminuir la presión fiscal que afecta a los individuos y las empresas".

Es más, en alguna ocasión, Patrick O’Flynn, miembro del partido, ha descrito a la formación política como "liberales clásicos y thatcherianos". La escasez de medidas concretas y propuestas más allá de la promoción del Brexit, hace que no podamos conocer realmente el ideario del partido hasta que no veamos a sus eurodiputados en acción en el Parlamento Europeo.

De esta manera, podemos observar el auge del euroescepticismo y la plaga que dicha ideología supone en las instituciones europeas, con más de 240 escaños del Parlamento Europeo que serán ocupados por diputados de partidos euroescépticos, algunos cercanos a ideologías de extrema derecha, de carácter colectivista e intervencionista; y otros, simplemente soberanistas y unilateralistas. Tenemos Parlamento Europeo para 5 años. Abróchense los cinturones.

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