El argumento lo tenemos claro. Nos lo explican cada día políticos, periodistas e intelectuales varios: España recauda poco porque sus ricos pagan mucho menos de lo que deberían. Y no estamos solos en esto. En series y películas de éxito se repite el mensaje, normalmente asociado a los millonarios norteamericanos, una especie insensible y egoísta, que recurre a todo tipo de trucos para reducir su factura tributaria.
El problema es que no es cierto. No en esos términos. Como siempre decimos, en éste, como en otros muchos temas, hay margen para el debate. Puede que haya quien piense que deben pagar todavía más, incluso aunque ya sufran un buen tajo por parte del fisco. Ésa es otra cuestión. Pero esa discusión debería comenzar con el reconocimiento de la realidad.
Y lo cierto es que EEUU es el país de la OCDE en el que las clases altas más dinero aportan a la recaudación total. De hecho, es el único en el que el porcentaje cobrado a esas clases altas es superior al 50% del total. Una cifra que supera a lo que aporta la clase media y superior también al peso de sus ingresos en la economía norteamericana.
España, por su parte, está en la parte alta de la clasificación: 6º puesto de 31 países analizados por la OCDE entre los que más dinero obtienen de sus ricos. No sólo eso. También somos uno de los países en los que la clase media sale mejor parada en la comparativa entre su peso económico y la recaudación que aporta. Otro elemento interesante para la reflexión.
El gráfico
El siguiente gráfico está sacado del informe "Under Pressure: The Squeezed Middle Class", publicado hace unas semanas por la OCDE y del que hablábamos este sábado, a cuenta de la "guerra generacional" que se intuye dentro de la propia clase media, entre jóvenes que comienzan a trabajar y jubilados del baby-boom.
Es un gráfico algo complejo pero muy interesante. Lo explicamos para que quede claro qué quiere decir cada elemento. Como vemos, cada país tiene cuatro marcas:
- Barra vertical azul: refleja el porcentaje de impuestos que paga la clase media en cada país. ¿Cómo se define clase media? Pues aquí entran los hogares en los que los ingresos están entre el 75 y el 200% de los del hogar mediano (es decir, aquel que tiene al 50% por encima y al otro 50% por debajo; hablando siempre de rentas)
- Rombo negro: porcentaje del total de impuestos que pagan las clases altas (rentas por encima del 200% de la mediana)
- Rombo blanco: porcentaje del total de impuestos que pagan las clases bajas (rentas por debajo del 75% de la mediana)
- Raya horizontal negra: porcentaje de la renta total del país que aporta la clase media
Como nos explica el informe, en los impuestos directos, los ricos (o clase alta) pagan bastante más de lo que les correspondería por nivel de ingresos: así, la media de la OCDE es de un 22% de los ingresos de cada país en este colectivo, pero la recaudación tributaria roza el 30%. Estamos hablando de ingresos y no de personas: es decir, esto no quiere decir que el 22% de los ciudadanos pertenezcan a esa clase alta. El porcentaje de población es mucho menor: depende de cada país, pero la media de la OCDE es del 9%. Pues bien, lo que nos dicen las estadísticas es que ese 9% acumula una renta que supone el 22% del total de la renta de la OCDE; y su contribución en el impuesto sobre la renta es del 29%. No es sólo que los tipos más elevados que pagan les obliguen a llegar a ese 22% que les tocaría si medimos su peso en el PIB. En realidad, pagan más de lo que corresponde a su peso en la economía. Aquí puede comenzar el debate sobre si esto es justo o no. Pero debe iniciarse aquí, con la aceptación de la realidad.
Por países, lo que tenemos es que EEUU es uno de los más desiguales en su distribución de las rentas, pero también en el pago de impuestos. Y, como apunta el informe, esto en buena medida se debe a uno de los sistemas tributarios más progresivos del planeta. Sí, otro mito que se viene abajo. En la primera potencia del mundo, el porcentaje de población que gana por encima del 200% de la mediana alcanza el 14% (esto es población, su peso en los ingresos es superior). Pero aportan más del 50% de los impuestos directos, siendo el único país en el que esto ocurre. Mientras, su clase media, que suma el 49,6% de los ingresos, aporta el 43% de lo que se recauda. Por eso, en el gráfico puede verse que la raya horizontal negra está por encima de la barra azul para el caso de EEUU: esto quiere decir que el peso de la recaudación en la clase media es inferior a su contribución a la renta nacional.
En España, el reparto es parecido. La clase media supone el 60,8% del total de rentas, pero aporta el 54,4% de los ingresos tributarios. Y los ricos, los que superan ese 200% de la mediana, aportan el 41,4% de lo que se recauda, por encima de su peso en la renta total.
Tres últimos apuntes muy relevantes para ese debate sobre el que hemos hablado. El primero tiene que ver con lo que se define como "rico" o "clase media", esos colectivos que se organizan alrededor del 75 y 200% de los ingresos medianos. Como vemos, hablamos de medidas relativas. Los ingresos medianos no son los mismos en todos los países. Por ejemplo, en EEUU: éste es un país con una distribución de ingresos no muy igualitaria y con un porcentaje relativamente elevado de su población que se considera de bajos ingresos (por debajo del 75%). Pero allí, los ingresos para ser clase media, medidos en dólares y en paridad de poder adquisitivo, son de 23.416 dólares para un hogar unipersonal. En España, esa frontera se alcanza con 12.911 dólares. Es decir, muchos de los "pobres" norteamericanos tienen ingresos superiores a buena parte de la clase media española. Decimos esto porque el objetivo de cualquier política debe ser, en primer lugar, subir esa frontera: es decir, hacer que su país sea más rico y tenga un nivel más elevado (como Luxemburgo, Noruega, Suiza, EEUU o Canadá, los países en los que hay que tener más renta para ser parte de la clase media). Luego llega la segunda cuestión, la redistributiva, la que habla sobre cómo se reparten los ingresos entre sus ciudadanos. En esta cuestión, Dinamarca, República Checa, Holanda o Islandia son los países en los que más porcentaje de la población forma parte de la "clase media".
La segunda pregunta tiene que ver con la capacidad de los países para subir impuestos, sobre todo a los ricos, que son el objetivo de los políticos a izquierda y derecha. No se conoce el caso de ningún gobernante que haya declarado que quiere subir la recaudación que aporta la clase media. En su discurso siempre son los mismos los que saldrán perdiendo: los que más ganan. Pues bien, como vemos, hay diferentes sistemas tributarios y reparto de las cargas, pero esos "ricos" ya pagan más de su peso en la renta en todos los países. Subir los tipos puede tener dos efectos inmediatos: desincentivar la creación de riqueza o empujarles en busca de jurisdicciones más amables. De nuevo, el debate está abierto (sobre la oportunidad de la medida y su capacidad recaudatoria) pero es absurdo pensar que se pueden subir tipos a cualquier nivel sin que aquellos que los sufren tengan ninguna capacidad de maniobra.
Por último, el tema de la redistribución y los sistemas fiscales "progresivos" (una palabra que genera mucha confusión). Como vemos, los países que se suelen poner como ejemplos igualitarios no son los que más cobran a sus ricos. En parte porque su distribución de la renta, más pareja, hace que tengan menos ricos; pero también porque el reparto de cargas está más equilibrado: es decir, las clases medias aportan vía impuestos más o menos el porcentaje que representan de la renta nacional. En muchos de estos países la redistribución se centra en las personas de ingresos más bajos y, en lo que toca a la clase media, se dirige más por la vía de los gastos. Otro debate interesante pero que también se hurta con demasiada frecuencia. Siempre que se habla de estos temas, todo gira alrededor de los impuestos y las clases medias, sin tener en cuenta la otra parte de la ecuación.