El gobierno de Pedro Sánchez ha planteado en reiteradas ocasiones su apuesta por un aumento de los impuestos directos e indirectos como vía para obtener más ingresos fiscales. Sin embargo, la evidencia empírica demuestra que, en los últimos años, los ingresos tributarios han subido sin necesidad de revisar al alza los tipos de los gravámenes.
Libre Mercado explicó el pasado mes de octubre que, entre 2015 y 2017, los ingresos del fisco han subido a una tasa media del 4%. Aunque no se han producido cambios significativos en la presión que ejerce Hacienda sobre las rentas, el consumo o los beneficios empresariales, el crecimiento económico ha generado un volumen creciente de recursos para la caja pública.
Esta evolución ha venido confirmada por el Informe Anual de Recaudación del año 2018, que refleja un aumento del 7,6% en los ingresos tributarios de la Agencia Tributaria, hasta llegar a los 208.685 millones de euros. Si se ajustan los datos para tener en cuenta el nuevo sistema de Suministro Inmediato de Información aplicado en el IVA, el crecimiento homogéneo de los ingresos ha sido igualmente notablemente, puesto que ha alcanzado el 5,4%, duplicando los niveles de crecimiento de la economía.
El documento de la AEAT recuerda que "el año 2018 fue un año de desaceleración de la actividad real. Entre otros indicadores, vemos que el PIB en términos de volumen, la afiliación, las ventas totales o el número de perceptores de salarios de las grandes empresas crecieron menos que en 2017". Sin embargo, en este entorno, "la base imponible de los principales impuestos creció un 6,1% casi un punto más que en 2017".
Según Hacienda, el grueso de la subida recaudatoria se produjo en los impuestos directos. Así, la recaudación por IRPF aumentó un 7,6% y los ingresos del Impuesto de Sociedades subieron un 7,3%, mientras que los ingresos por IVA aumentaron un 3,7%, los Impuestos Especiales generaron un 1,1% más y el Impuesto al Tabaco aportó un 1,4% menos.
Primer trimestre de 2019
Entre los meses de enero y marzo de 2019, los ingresos tributarios han bajado un 0,6% en términos nominales, aunque los datos ajustados muestran que la evolución en términos homogéneos arroja una subida del 3%. Se trata de un descenso de casi dos puntos porcentuales en relación con el curso 2018, cuando el primer trimestre cerró con una subida del 4,8%, en términos homogéneos.
En el primer trimestre del año, el IRPF generó un 6,1% más, mientras que la recaudación aportada por el IVA se movió en un 3,1% y las rentas aportadas por eso Impuestos Especiales subieron un 1,5%. Para el periodo estudiado, los ingresos por Sociedades no tienen significado efectivo, puesto que hasta abril no se hace efectivo el primer pago a cuenta del gravamen empresarial por excelencia.