Que las rentas bajas hayan sido las principales perjudicadas por la entrada en vigor de Madrid Central es una de las grandes ironías de la medida de Manuela Carmena. Con el objetivo de rebajar los niveles de contaminación en el corazón de la capital, la alcaldesa en funciones ha convertido Madrid Central en una especie de urbanización privada que sólo está al alcance de unos pocos.
Entre esos pocos están los poseedores de vehículos no contaminantes. Así, si usted es uno de los conductores que ha podido permitirse cambiar de coche para comprarse uno eléctrico, no tendrá problema en franquear este paraíso de los privilegiados. Son precisamente las personas con menor poder adquisitivo las que tienen mayores dificultades para comprar un coche nuevo, sobre todo, teniendo en cuenta que los eléctricos o híbridos son de media más caros que sus versiones de combustión (gasolina o diésel).
Por el contrario, si para el día a día usted es de los que prefiere moverse en taxi, Uber, Cabify, Car2go o similares, también tiene las puertas abiertas a la polémica zona. Del mismo modo, son bien recibidos los propietarios de vehículos contaminantes cuyos bolsillos no se resientan a la hora de pagar un parking en el interior y, claro está, los propietarios de vehículos contaminantes que residen dentro del área limitada.
El resto de madrileños que quieran disfrutar de tan idílico y castizo enclave, sólo podrá acudir a la zona restringida a pie o en trasporte público, una realidad que genera cierta contradicción con los principios de justicia social que tanto se esfuerza en proclamar Ahora Madrid.
Los pisos se encarecen en Madrid Central
Ahora, un nuevo fenómeno ha aparecido en Madrid Central volviendo a tirar por tierra otra de las prioridades del partido de Manuela Carmena: su entrada en vigor ha encarecido los precios de los pisos. Y es que, según el último informe de la consultora inmobiliaria CBRE, las restricciones al tráfico también han servido para revalorizar las viviendas del interior de Madrid Central desde su implantación, un efecto que dista mucho de la lucha por una vivienda asequible que pretende abanderar el partido.
Para llegar a esa conclusión, el documento ha comparado el periodo enero-marzo de 2018 con los mismos meses de 2019, cuando entró en vigor la prohibición, y resulta que el precio en la almendra se disparó un 11,57%. Esta revalorización es un 2,67% mayor que la de los barrios colindantes, como Chamberí o Salamanca. "A la vista de estos datos, podemos indicar que desde la entrada en vigor de Madrid Central, los precios en la almendra han aumentado. Es pronto para determinar cuáles son los resultados directos de la implementación de esta normativa, aunque sí podemos indicar que existe una tendencia creciente en el precio de la vivienda en Madrid", reza el informe. "Estos datos señalan una tendencia que podría acentuarse en el futuro", añaden.
¿Quién vive en Madrid Central?
Los autores del informe también han elaborado una radiografía del perfil de residente de Madrid Central, un área que ocupa 4,3 Km2 de ciudad. Sus conclusiones confirman el nivel económico de estos vecinos por los que tanto ha trabajado el Gobierno de Carmena y contrastaría con la imagen del votante obrero al que parecía dirigirse el partido.
Así, dentro de Madrid Central hay 63.346 hogares con unos ingresos medios por hogar de 28.600 euros, un 5% más que la media española. Cada casa tiene una media de 1,9 habitantes, siendo el 44,72% domicilio de una única persona.
El 54,38% de los inmuebles se destinan a uso residencial; el 12,27%, a comercial y el 12,35%, a oficinas. Respecto al régimen de tenencia, el 40,63% de los vecinos de Madrid Central vive de alquiler, por lo que no recibirán como una buena noticia que los pisos donde viven se estén revalorizando. Por el contrario, podría presuponerse que los malvados especuladores inmobiliarios propietarios de las viviendas, sí que aplaudirán la medida.
Más datos. El 26,58% de los pisos de Madrid Central está en régimen de adquisición por compra y el 12,34% representa a una herencia. Otra cifra relevante es que la tasa de desempleo de sus vecinos es del 11,11%, un 4,8% menos que la media nacional.
El estudio también ha tenido en cuenta el tipo de vehículo que está inscrito en Madrid Central, y determina que el 60% de ellos son de gasolina; el 36%, diésel y únicamente un 1,92% eléctricos.
Uno de los motivos que dan los autores del informe para explicar el repunte de precios de los pisos en esta zona es la reducción de la contaminación acústica, aunque también mencionan que la calidad de vida de los residentes de Madrid Central ha mejorado.
"Las expectativas de los ciudadanos y de los grupos de interés relacionados está jugando, probablemente, un papel clave en los precios, ya que al igual que lo que ha ocurrido en otras ciudades, la nueva medida llevará consigo una serie de mejoras en la calidad de vida, en las dotaciones de la zona o la oferta de servicios", explican.
No perjudica al comercio
Al contrario que otros informes, que aseguran que restringir el tráfico ha perjudicado a los negocios de la zona, el estudio concluye que su implantación no ha generado pérdidas para los comercios.
Para ello, han estudiado cinco calles principales ubicadas tanto en Madrid Central (Gran Vía Nº21-43, Fuencarral Nº1-51 y Hortaleza Nº1-70) como en áreas limítrofes a Madrid Central (Fuencarral Nº116-154 y Luchana Nº1-40).
"A pesar de lo que podamos pensar en un primer momento, el número de visitas a la zona se mantiene constante", señala el informe, que también apunta a que ha habido un cambio de escenario "incentivándose más la afluencia durante el fin de semana y en determinados intervalos horarios" como la tarde-noche.