Suiza celebró el pasado domingo 19 de mayo un referéndum para preguntar sobre la fiscalidad que el país impone a las multinacionales. El Gobierno suizo quería preguntar a sus ciudadanos sobre si estaban de acuerdo con la reforma fiscal para mantener una normativa de impuestos bajos y atractiva para las grandes empresas o si, por el contrario, querían subir los impuestos a estas grandes corporaciones, es decir, si rechazaban la reforma. El resultado fue bastante claro, el 66,4% de los votantes se mostraron favorables a la reforma y, por tanto, apoyaron la fiscalidad laxa para las multinacionales.
Un resultado que ha sido muy bien recibido por empresas como Procter & Gamble, Vitol o Carterpillar, con sede en el país. "Este sí tan claro es una buena noticia para nuestro país. Se trata de un proyecto que nos permite seguir siendo competitivos a nivel internacional", según señaló el ministro del Interior, Alain Berset. El nuevo régimen fiscal consiste en un sistema de deducciones a los beneficios de las patentes y a los gastos en investigación y desarrollo.
Suiza compite actualmente con otros estados como Irlanda o Singapur, que son unos destinos fiscalmente atractivos para las compañías. Por eso, si el referéndum hubiese sido rechazado, muchas de estas empresas habrían hecho las maletas para marcharse a cualquiera de esos dos destinos. No hay que olvidar que las multinacionales generan un tercio del PIB del país y el 25% de los puestos de trabajo.
El nuevo marco fiscal, aún más atractivo para estas empresas, entrará en vigor el 1 de enero de 2020 y es compatible con las reglas fijadas tanto por la OCDE como por la Unión Europea. El recorte fiscal es de unos 2.000 millones de dólares que la administración no ingresará, pero el marco atractivo puede atraer a nuevas compañías a territorio suizo.
Estaba perdiendo atractivo
Un informe de Switzerland Wake Up (Suiza, despierta) informaba de que Suiza estaba perdiendo terreno frente a vecinos como Irlanda, Luxemburgo, Reino Unido y Países Bajos como país sede de destacadas multinacionales. Las causas se encontraban en la relación incierta que el país mantiene con la UE y en la reforma fiscal que acaba de ser aprobada.
De las compañías tecnológicas que se han asentado en Europa, solo el 3% han elegido Suiza en los últimos cinco años como destino, frente al 18% que han apostado por el Reino Unido y el 11% por los Países Bajos. Con esta reforma pretenden devolver el atractivo fiscal que Suiza siempre ha mantenido.