Nike y Adidas conjuntamente con otras 171 marcas han enviado una carta al actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con la finalidad de evitar los incrementos de aranceles –hasta el 25%– sobre el calzado proveniente de China. Y es que, si bien la producción llevada a cabo en China por estas compañías se ha reducido en los últimos tiempos debido a los mayores costes laborales, China sigue siendo primordial en la producción de calzado de muchas de las empresas firmantes.
Aunque Trump ha dicho en repetidas ocasiones que estos aranceles los pagará China, no lo ven así los firmantes de la carta. Según éstos, "la tarifa adicional propuesta del 25 por ciento para el calzado sería catastrófica para nuestros consumidores, nuestras empresas y la economía estadounidense en general".
En este sentido, las empresas del sector textil cifran en 7.000 millones de dólares los costes adicionales que deberán pagar los consumidores debido a las medidas propuestas. Así pues, se señala que los incrementos arancelarios impactarán sobre todos los segmentos de la sociedad. "Los elevados aranceles sobre el calzado caen de manera desproporcionada sobre las personas y familias de la clase trabajadora", indica el escrito. Finalmente, los firmantes, hablando en nombre de sus "cientos de millones de calzados y cientos de miles de empleados", piden que se detenga esta acción de incremento fiscal de inmediato. "Es hora de poner fin a esta guerra comercial" afirman.
En línea con la OCDE
El Informe de Perspectivas Económicas de mayo publicado esta semana por la OCDE ponía de manifiesto que el débil crecimiento que se observa a nivel global se estaría debiendo a la guerra comercial abierta entre Estados Unidos y China. Laurence Boone, economista jefe de la OCDE, lo resumía del siguiente modo: "Las tensiones comerciales han interrumpido el crecimiento. Con una incertidumbre alta y una confianza baja, la inversión ha sufrido y el sector manufacturero ha sido golpeado".
Este hecho también estaría afectando a la desaceleración de la propia economía estadounidense. Para fomentar el crecimiento en dicha región, la OCDE apuesta por reducir la incertidumbre política sobre el comercio internacional, ya que ésta, según el organismo internacional, es probable que esté deprimiendo la inversión en compañías que dependen de las cadenas de suministro globales. Por otro lado, los importadores de los bienes afectados se han tenido que enfrentar a precios más altos, transmitiéndolos "en gran medida a los consumidores". El informe concluye que "relajar estas barreras al comercio beneficiaría tanto a los exportadores como a los consumidores".