Una de las lacras del mercado laboral español es la temporalidad: España es el país de la Unión Europea con un mayor porcentaje empleos temporales. Si bien en la reforma laboral de 2012 se produjo un intento para reducir la dualidad del mercado de trabajo (entre empleados con contratos indefinidos y los que tienen contratos a tiempo parcial), los resultados fueron limitados. Los motivos que se encuentran detrás de este intento por reducir la temporalidad vendrían por los supuestos perjuicios que provocan estos tipos de contratos a las condiciones laborales de un segmento importante del mercado de trabajo.
En este sentido, un nuevo estudio, realizado por investigadores españoles, ha logrado cuantificar los costes de la temporalidad en España para los trabajadores afectados. Se trata de un artículo publicado en una de las mejores revistas de economía del mundo, que ha tenido un gran recibimiento entre los economistas especialistas españoles en mercado laboral.
Sin duda, entre los tres mejores papers que se han escrito sobre dualidad laboral en España https://t.co/JvE4TJkrO2
— Juan F Jimeno (@jfjimenoserrano) May 15, 2019
Lo que busca la investigación es saber si la liberalización de los contratos temporales llevada cabo por Felipe González en el año 1984, a la vez que mantenía a los trabajadores indefinidos muy protegidos, habría tenido efectos nocivos a largo plazo para los trabajadores sin educación secundaria que entraron en el mercado laboral justo después. O, por el contrario, habría servido como una manera de que los trabajadores encontraran con mayor facilidad un primer empleo que les empujara, posteriormente, a asentarse en el mercado de trabajo con un contrato indefinido.
Para tal fin comparan dos grupos de personas, las que entraron en el mercado laboral trimestres antes de la reforma y las que entraron después. En este sentido, aunque las personas que entraron en el mercado laboral justo después de la reforma tenían mayor probabilidad (9%) de encontrar trabajo antes de los 19 años, se redujo la probabilidad de que éste fuera indefinido.
Además, en los diez años siguientes de la entrada de este colectivo en el mercado laboral, dichos individuos trabajaron menos días (4,9%) y tuvieron unos ingresos sustancialmente menores (9,8%) -comparados con los individuos que entraron antes de la reforma de 1984-. Así pues, la mitad de las rebajas de sueldo se achaca a la menor cantidad de días trabajados (4,9 de 9,8) y la otra mitad a "penalizaciones salariales asociadas con las interrupciones del trabajo". Para poner estos datos en perspectiva, esta disminución supone algo más de la mitad de las reducciones de horas trabajadas (7%) y salarios (22%) para los jóvenes provocadas por una de las mayores y más profundas crisis producidas en España.
Además, con el tiempo y a medida que el uso de los contratos temporales se fueron incrementando, las penalizaciones por este tipo de empleos a las nuevas hornadas de jóvenes trabajadores entrantes en el mercado laboral se fue agravando. Otro hallazgo sorprendente es que los costes de la dualidad no se restringen a los diez primeros años, sino que los efectos son persistentes en el tiempo incluso casi 30 años después, ya que los trabajadores afectados por aquella reforma tienen un 2,6% días menos trabajados, junto con unos ingresos anuales un 7,3% inferiores tras 27 años.
Las causas
Los motivos que están detrás de este impacto negativo en la carrera laboral a largo plazo es que la implementación de la dualidad en España fomentó una carrera profesional más inestable. Esto se debe al cambio de la primera experiencia de estos jóvenes en el mercado de trabajo -recordemos que el primer contrato tiene un gran impacto para el futuro de la carrera laboral-, al reducirse la probabilidad de iniciarse con un contrato indefinido. O, dicho en otras palabras, este primer contrato determina, en gran medida, sus futuros contratos de trabajo. Este hecho provoca que sea "más probable que los trabajadores trabajen bajo contratos no indefinidos mucho después de su ingreso en el mercado laboral […]. La persistencia en los contratos temporales expone a los trabajadores a las conocidas sanciones salariales asociadas tanto al desempleo como al trabajo temporal".
En resumen, la dualidad en el mercado laboral tiene costes que afectan de manera negativa y persistente a estratos vulnerables de la sociedad. De modo que los contratos temporales, lejos de ser un trampolín, son "un obstáculo para la carrera de los trabajadores poco calificados".