Los líderes de la izquierda política madrileña tienen claro que el gobierno regional debe gastar más para obtener mejores resultados. Tanto el socialista Ángel Gabilondo como el comunista Íñigo Errejón defienden la necesidad de aumentar los impuestos autonómicos para así financiar unos presupuestos más abultados en áreas como la sanidad o la educación.
En efecto, la Comunidad de Madrid tiene una Administración muy ligera. Su coste per cápita alcanzó en 2017 los 3.131 euros. Dicha rúbrica se obtiene dividiendo los gastos autonómicos, de 20.504 millones, entre la población de la región. Por comparación, el gasto per cápita de la Administración autonómica es de 4.278 euros en Extremadura, 4.089 euros en Cataluña, 3.953 euros en Castilla-La Mancha o 3.471 euros en Andalucía.
Buceando en estas cifras, encontramos que el desembolso en educación supone en Madrid un gasto de 675 euros por habitante. Dicha rúbrica llega a 950 euros en Extremadura, 835 euros en Andalucía, 780 euros en Castilla-La Mancha o 765 euros en Cataluña. Por tanto, la financiación del modelo educativo es mucho más asequible en Madrid.
Algo parecido ocurre en la sanidad: en este ámbito, el gasto per cápita es de 1.161 euros en Madrid. Aquí no hay tanta diferencia con Andalucía, que desembolsa 1.098 euros por habitante, o Cataluña, que consigna 1.179 euros por ciudadano. La brecha sí es mayor con respecto a Castilla-La Mancha (1.324 euros) o Extremadura (1.438 euros).
Parece evidente que Madrid tiene un modelo de Administración mucho menos costosos, puesto que la comparativa con los modelos de referencia de la izquierda (Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura) o con el otro gran polo de desarrollo económico de España (Cataluña) arroja un diferencial muy favorable a Madrid en términos de ahorro.
Sin embargo, ¿qué hay de los resultados? Madrid tiene una Administración más barata pero, ¿implica esto que sus servicios de educación o salud arrojan peores resultados o, por el contrario, estamos ante un buen ejemplo de eficiencia que debería ser mantenido en vez de alterado, como proponen Gabilondo y Errejón?
Vayamos primero a la educación. El Informe PISA, realizado por la OCDE a partir de evaluaciones en todo el territorio nacional, nos sirve como aproximación. Los resultados del último panel de exámenes fueron los siguientes:
- En la categoría de ciencia, España recibe 493 puntos, en línea con la media de la OCDE. Madrid se sitúa en tercer lugar de la tabla, con 512 puntos. Por Cataluña obtiene 504 puntos, Castilla-La Mancha logra 497 y Extremadura y Andalucía figuran en las posiciones de cola, con 474 y 473 puntos, respectivamente.
- En la medición referida a la lectura, PISA otorga a España una nota de 496 puntos, tres por encima de la OCDE. Madrid ocupa el segundo lugar, con 520 puntos, mientras que Cataluña se queda en 500, Castilla-La Mancha logra 499 y, una vez más, Andalucía y Extremadura aparecen como farolillo rojo, con 479 y 475 puntos.
- En los resultados de matemática, la nota de España es de 486 puntos, frente a los 490 de la OCDE. Madrid aparece en cuarto lugar, con 503 puntos. Cataluña logra 500 puntos, Castilla-La Mancha se anota 486, Extremadura consigue 473 y Andalucía se queda en 466.
También merece la pena estudiar el abandono educativo temprano, puesto que dicho indicador presenta diferencias entre los distintos territorios analizados. Para la población de 18 a 24 años, este indicador es de 18,3% en el conjunto del país, pero sube al 19,2% en Extremadura, al 22,1% en Castilla-La Mancha y al 23,5% en Andalucía. En Cataluña, la ratio es del 17%, mientras que Madrid registra un porcentaje del 13,9%.
Parece evidente que Madrid consigue muy buenos resultados educativos a pesar del reducido gasto público que registra su modelo actual. Pero, ¿qué hay de la sanidad? Una primera métrica de referencia es la de las listas de espera. Según datos de CCOO, el porcentaje de pacientes que espera más de seis meses para una intervención quirúrgica es del 36,4% en Castilla-La Mancha, 29,7% en Cataluña, 27,9% en Extremadura o el 8,7% en Andalucía. Sin embargo, Madrid solo registra un 0,5% en este indicador.
En cuanto a la calidad en la atención, el Índice de Excelencia Hospitalaria señala que cinco de los diez mejores centros de España están ubicados en Madrid, siendo la Fundación Jiménez Díaz el número uno del ranking. Si solo nos fijamos en la red pública, el Monitor de Reputación Sanitaria de Mercer incluye a seis hospitales madrileños entre los diez mejores de España. En cuanto a la red privada, el mismo informe concluye que ocho de los diez mejores hospitales de esta rama tienen sede en Madrid.
¿Y qué hay de los modelos de gestión? Como explicó Libre Mercado en 2012, los hospitales públicos de la región funcionan bajo un modelo mixto, puesto que algunos centros han sido entregados, en régimen de concesión, a entidades privadas especializadas en salud. Dichos centros ofrecen los mismos servicios que los centros manejados directamente por la Administración, pero con un ahorro de coste del 27%. Pese a la polémica que sigue suscitando esta estrategia de colaboración público-privada en las filas de la izquierda madrileña, lo cierto es que estos centros se han consolidado en las primeras posiciones de los índices de desempeño del sector sanitario español, especialmente en el caso del hospital de Torrejón.
Así las cosas, aunque Gabilondo y Errejón pretenden encarecen el coste de la Administración autonómica madrileña, los datos no avalan que dicho aumento del gasto implique una mejora de los servicios. La clave radica, por tanto, en la eficiencia del modelo, no en el aumento indiscriminado de su coste.