Alrededor de las ocho de la tarde comienzan a llegar cargados de cartones, sillas y mantas decenas de mendigos para acampar en los soportales de la céntrica e histórica Plaza Mayor de Madrid. El paisaje que se vislumbra es de puro contraste. Por un lado, en las mesas de los restaurantes más turísticos de la capital corre el vino y la cerveza. Y a pocos metros, corre el orín de un mendigo que no podía aguantarse más y sin ningún pudor y decoro se baja los pantalones ante la mirada atónita de cientos de comensales. Algunos sacan el móvil y lo graban.
Uno de los empleados de la zona intenta ahuyentarlo, pero resulta imposible. "Esto sucede todos los días, no podemos más, es bochornoso y los turistas se van", nos comenta con cara de asco. Los sin techo continúan con su asentamiento diario. Son auténticos arquitectos del cartón.
Una larga hilera de débiles construcciones con sillas, papel acartonado y cuerdas se empieza a levantar en todo el rectángulo de la plaza. Entretanto, miles de ciudadanos pasan por allí como si fuera ya algo normal. Ni se inmutan. Otros, menos acostumbrados se quejan al acompañante: "¡Para qué tiramos por aquí! ¡Mira, está todo lleno de mierda", achaca una mujer al que parece su esposo.
Otros mendigos parecen más preparados y llegan con una tienda de campaña Quechua. Y allí la montan para meterse dentro rápidamente. Es temprano, pero ya hay sueño. El alcohol hace mella en sus rostros. Se nota la calle, la intemperie, su soledad, su tristeza... Pero, ¿no era el Ayuntamiento de Manuela Carmena el que gobernaría para los pobres? No es así, según los últimos datos.
Más mendigos con Ahora Madrid
La candidata a la alcaldía madrileña de Ciudadanos, Begoña Villacís, echaba en cara a Carmena en el debate electoral organizado por El País que ahora hay más personas durmiendo en la calle en la ciudad. "Tenemos a 719 sin techo en Madrid gracias a su política", recriminaba la política a la alcaldesa.
El último informe sobre personas sin hogar contabilizaba 2.772 de las que al menos 650 duermen en la calle y 234 se encuentran alojadas en centros de acogida temporal para inmigrantes. El 73% son hombres y seis de cada diez son extranjeros. En 2015, los mendigos que pernoctaban en cajeros, bancos y plazas rondaban los 524. Por tanto, el aumento bajo el mandato de Carmena ha sido significativo.
Albergues saturados
Nos topamos con unos jóvenes voluntarios de Cáritas. Llevan una cafetera, vasos de plástico y bocadillos. Se reparten por las zonas del casco urbano todas las tardes. Se acercan a una indigente sentada al lado de su humilde castillo de cartón. Le ofrecen café y un bocadillo. Ella coge el café agradecida, pero rechaza la comida.
Mientras charlamos con estos jóvenes ingenieros de alma caritativa, los sin hogar se van acercando. "¿Me ponéis un café?" Pide amablemente una señora sin dientes, pero bien vestida y aseada. "¡Claro! Y tome, coma algo". Ella responde resuelta "no, gracias, no tengo hambre". Un chico negro también viene a por cafeína caliente, pero "es descafeinado, lo siento". Otro hombre de unos cuarenta años se queja a los chavales: "¡Sabe raro, parece café con colonia!".
Marina, Luis y Ana son universitarios. Estudiantes de ingeniería, están ahí por convicción y altruismo. "No cogen el bocata porque comen bien en los centros sociales. En España nadie se muere de hambre", nos cuenta Luis. ¿Pero no tienen un lugar donde dormir?, preguntamos. "Nos dicen que los albergues no tienen más plazas o que están saturados. Otros están aquí porque quieren, ya que en las residencias sociales los controlan y tienen que estar a las diez de la noche", argumenta Marina mientras sigue sirviendo descafeinado.
La soledad, la falta de familia y las drogas serían las razones que arguyen los voluntarios tras conversar con los mendigos. "Muchos son inmigrantes. Hace poco un hombre árabe dijo que se volvía a su país en vista de la vida que llevaba aquí", revela Luis.
Nos despedimos, tienen que continuar su labor y la cafetera se enfría. Mientras hablábamos, la plaza se ha llenado de cientos de indigentes. Está anocheciendo y nos asalta un pensamiento. ¿Esta es la política social de Carmena? "Buenas noches", nos dice un mendigo mientras se mete en su hogar portátil.