La seguridad en Barcelona ha llegado a una situación límite. La oleada de robos, peleas y delincuencia está haciendo imposible que el día a día de vecinos, turistas y comerciantes se desarrolle con normalidad en la Ciudad Condal. Ante la permisividad del Ayuntamiento de Ada Colau, los comerciantes del centro de Barcelona están costeando de su propio bolsillo la protección que se merecen.
Para ello, estos empresarios han decidido contratar a musculados guardias privados para patrullar las zonas turísticas más calientes, según ha publicado Crónica Global. Estos empleados disuaden a los ladrones "señalándolos, rodeándolos y diciéndoles que se marchen a otro lugar", ha explicado la empresa de seguridad Blau Control Service.
Esta compañía está especializada en los controles de acceso. Miembros de su equipo se pasean ahora por Ciutat Vella "día y noche" ataviados con una camiseta amarilla que advierte de que son agents civics. Ciutat Vella, es el distrito de Gala Pin, una de las más antisistema del partido de Colau.
El portavoz de Blau Control explica que su empresa "presta un servicio de disuasión del incivismo y el crimen". Lo hace por "una necesidad verbalizada por los comerciantes y que no encontró respuesta en el Ayuntamiento de Barcelona". Pretenden disuadir "a las personas que orinan en los arcos y persianas de la plaza, a los ladrones al hurto, que son los mismos y actúan continuamente en la Plaza Real, o incluso a los lateros, cuya presencia se ha disparado". Según la empresa, ante un acto criminal los fornidos trabajadores "no actuarán, pues su labor es de prevención de las conductas incívicas". Sobre quién les ha contratado, asegura que "es una iniciativa privada de la asociación de comerciantes".